De la presencialidad a la virtualidad, sin morir en el intento
De la presencialidad a la virtualidad, sin morir en el intento
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A finales del primer semestre de 1996, el Rector y Fundador del CEIPA, el Dr. Antonio Mazo Mejía, realizaba una ronda por la Institución a eso de las 9:00 de la noche; en la última hora de clase, encontró que un grupo de profesores habían terminado la sesión de ese día, media hora antes de la hora de finalización oficial. En ese momento entró, bastante disgustado, a la oficina del Vicerrector General, para pedirle que buscara algún medio mediante el cual no tuvieran que estar persiguiendo profesores para que cumplieran con los horarios de clase. En este pequeño encargo quedaba clara la Intención del Dr. Mazo de buscar un método mediante el cual se rompieran las barreras de tiempo y espacio en la educación. Desde la Vicerrectora General se procedió a formular el proyecto que le permitiría a la Institución incursionar en un nuevo modelo de educación, que no fuera ni el modelo tradicional, ni mucho menos el modelo de educación a distancia que en el país ya estaba bastante desprestigiado. Para ésto era necesario investigar qué había en el mundo sobre nuevas tecnologías de información y comunicaciones aplicadas a la educación; de esta manera se presentó un proyecto al Consejo Directivo de la Institución para emprender este nuevo camino.