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ARTÍCULOS ORIGINALES
MARÍA PILAR BLASCO, ALICIA COSTA, JORGE OLMO
Revista Perspectiva Empresarial, Vol. 9, No. 1, enero-junio de 2022, 32-44
ISSN 2389-8186, E-ISSN 2389-8194
entregada sobre el importe neto en la fecha de
y los pasivos asumidos” (párrafo 32).
La NIIF 3, siguiendo los pasos del FASB, eliminó
la amortización de este activo sustituyéndolo
por una prueba de deterioro de su valor1. Este
cambio de criterio ha inducido a una serie de
estudios que analizan si la aplicación únicamente
del deterioro, sin considerar una amortización
sistemática del fondo de comercio, puede llevar a
ciertos comportamientos oportunistas por parte
de los directivos de las entidades; pues como lo
indican Cavero, Amorós y Collazo (2021) el test de
la empresa; siendo los activos intangibles en general
y el fondo de comercio en particular sensibles a
la manipulación de los directivos (Wilson, 1996).
Esto es así porque en la aplicación práctica del
test de deterioro subyacen una serie de hipótesis
fondo de comercio asignable a cada una de estas
unidades o el importe recuperable de los activos,
que hacen que estas decisiones puedan verse
afectadas por intereses particulares de la compañía
(Wines, Dagwell and Windsor, 2007; Petersen and
Plenborg, 2010; Filip, Jeanjean and Paugam, 2015;
Avallone and Guagli, 2015; Mazzi, Liberatore and
Tsalavoutas, 2016; Valero, 2017).
Se encontraron estudios como los de
Abughazaleh, Al-Hares y Roberts (2011), Hamberg,
Paananen y Novak (2011) y Giner y Pardo (2015)
que evidencian una asociación negativa entre la
permanencia de los gestores en la empresa y el
reconocimiento de deterioro, ya que las empresas
que han reconocido un menor deterioro han sido
aquellas en las que existe una cierta permanencia
del equipo directivo y a la inversa se ven mayores
deterioros cuando los directivos cambian con mayor
Ramanna y Watts (2012),
si los consejeros llevan mucho tiempo en el cargo
seguramente habrán dirigido la combinación
de negocios generadora del fondo de comercio;
derivado de las implicaciones contables que puede
conllevar la reducción del fondo de comercio, será
menos probable que la lleven a cabo.
1En Blasco, Costa y Montes (2019) se relatan los cambios que han tenido lugar en la normativa contable internacional a lo largo
del tiempo, relativos a la valoración del fondo de comercio.
Otra línea de trabajos investiga la utilización
del deterioro por parte de los directivos para
tratar de maquillar los resultados obtenidos por
la empresa, bajo dos hipótesis previas “alisamiento
sabido, la primera de ellas (“alisamiento de los
conseguir resultados estables en el tiempo al querer
evitar falsas expectativas sobre su futura evolución
(Verriest and Gaeremynch, 2009; Siggelkow and
Zülch, 2013; Glaum, Landsman and Wyrva, 2015;
Valero, 2017), mientras que la segunda (“pérdidas
aumentar las pérdidas sufridas en un período
para así mostrar mejores resultados en ejercicios
posteriores (Rield, 2004; Lapointe-Antunes,
Cormier and Magnan, 2008; Valero, 2017).
Para Giner y Pardo (2015) la hipótesis de
deteriorar o no el fondo de comercio, mientras que
magnitud del deterioro ya reconocido.
dos primeras hipótesis a contrastar:
decisión de deteriorar el fondo de comercio y la
decisión de deteriorar el fondo de comercio y la
obtención de pérdidas en el ejercicio.
Hay trabajos que apuntan como otra posible
causa que puede condicionar la decisión de
deteriorar o no el fondo de comercio, al nivel de
endeudamiento que presenta la empresa. La lógica
nos lleva a pensar que a mayor endeudamiento
situación que puede derivar en un menor importe
del valor recuperable de la UGE a la que ha sido
asignado el fondo de comercio y como consecuencia
reconocer un deterioro del mismo (Siggelkow and
Zulch, 2013; Glaum, Landsman and Wyrva, 2015;
Valero, 2017). Sin embargo existen evidencias
en sentido contrario, observando una relación
negativa entre endeudamiento y pérdidas por