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ARTÍCULOS ORIGINALES
JOSÉ CARLOS VÁZQUEZ PARRA, JUAN ALBERTO AMÉZQUITA ZAMORA, NATALIA ROCHA DÍAZ
Revista Perspectiva Empresarial, Vol. 8, No. 1, enero-junio de 2021, 86-100
ISSN 2389-8186, E-ISSN 2389-8194
se ha llamado sexo; entendiendo por ellas a “las
con el sexo, incluyendo los genitales y otros
elementos de la anatomía sexual y reproductiva, los
cromosomas, las hormonas y los caracteres sexuales
que se había dicho antes sobre el sexo. Utilizando
la terminología de características sexuales se evita
que el uso de la palabra ‘sexo’ excluya tácitamente a
las personas intersexuales, quienes se estima que
constituyen el 2 % de la población mundial (Díaz
Camarena, 2017).
atributos construidos socialmente de la mujer y
sociedad atribuye a esas diferencias biológicas”
(CEDAW, 2010, p. 2). Esta noción incluye cómo son
entendidos y entendidas los hombres y las mujeres,
las funciones que se les atribuyen socialmente (por
ejemplo, los roles de proveedores y cuidadoras), las
características que se les asignan (como ser racional
o emocional) y otras diferencias culturales que se
les atribuyen (como los nombres que se consideran
como propios de los hombres y propios de las
mujeres); sin olvidar que por razones de género
dominio, superioridad o inferioridad entre
hombres y mujeres que en muchas sociedades
son determinadas por las diferencias biológicas,
dejando de lado que se trata de constructos
culturales (Flores, 2016).
La distinción entre sexo —o características
sexuales— y género es de gran trascendencia
para comprender que “no hay una correlación
necesaria entre el cuerpo con el que una persona
nace y la personalidad que desarrolla o las funciones
sociales que cumple” (Suprema Corte de Justicia de
la Nación, 2014, p. 13). Así pues, en el caso del sexo
la biología no es destino ni genera por sí misma
obligaciones de ningún tipo que determinen la
existencia de los seres humanos.
En segundo término es importante abordar las
nociones de identidad de género y la expresión de
género. Según los Principios de Yogyakarta de 2007,
la identidad de género designa la vivencia interna e
individual del género como cada persona la siente
profundamente; esta podría corresponder o no
con el sexo asignado al momento del nacimiento,
incluyendo la vivencia personal del cuerpo (que
o la función corporal a través de medios médicos,
quirúrgicos o de otra índole, siempre que la misma
sea libremente escogida) y otras expresiones de
género tales como la vestimenta, el modo de hablar
y los modales.
que cada persona se asume a sí misma en relación
con la asignación de su sexo al nacer, lo cual puede
coincidir o no con esa asignación. Se utilizan los
términos trans o transgénero para referirnos
precisamente a todas aquellas personas que no se
se les asignó al nacer o que se consideran fuera de
son percibidas como personas atípicas en el terreno
del género por su apariencia o sus rasgos (Vijlbrief,
Saharso and Ghorashi, 2020; Matthews, 2020). En
esta categoría se encuentran los hombres trans
con un género distinto al sexo que se les asignó al
nacer), las personas transexuales (quienes optan
por una intervención médica ya sea hormonal
biológica a su orientación de género), el travestismo,
las personas queer, las personas no binarias entre
otras. Por otra parte, hoy en día, es común el uso del
adjetivo cisgénero para referirse a las personas que
tienen una identidad de género que coincide con
La expresión de género es una dimensión de la
identidad de género que designa la manifestación
externa de aquellos rasgos culturales que nos
a través de sus patrones de comportamiento,
peinado, los accesorios o los cosméticos—, la forma
de hablar y sus gestos habituales particulares, lo
mismo que los nombres y pronombres con que
de género se referiría a todos aquellos elementos
de la presencia y actuación de las personas, de
su manifestación frente a las otras personas en
cualquier interacción social, que permite a los
desde la perspectiva del género al margen de cómo