Lupa Empresarial N° 20/2019
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virtualidad es más que una modalidad aprobada por el Ministerio de Educación
Nacional, se trata es de un enorme potencial para fortalecer y enriquecer todos
los procesos formativos en este nuevo siglo.
Por lo anterior, el uso de dispositivos (computadores, tabletas y teléfonos
inteligentes) y software especializados y el desempeño idóneo en internet y
redes de conocimiento, es una característica inherente a cualquier proceso
formativo de alta calidad en este siglo XXI.
De otro lado, la actual coyuntura de pandemia (desde 2020) obligó a los
sistemas educativos de todo el planeta a ajustarse al requerimiento de un
“distanciamiento social”. Ello conllevó la necesidad de que los encuentros
presenciales entre docentes y estudiantes ―dominantes aún en la educación
universitaria― pasaran de las aulas de clases a las plataformas digitales: Zoom,
Teams, Meet y otras. A pesar de la falta de planeación didáctica y de la baja
preparación de docentes y estudiantes en la mayoría de universidades del
mundo, la educación en el 2020 se vivió bajo esta mediación y durante 2021,
aún se conserva en gran media esta dinámica.
En Colombia, según la legislación, hay tres modalidades de programas ofrecidos
en educación superior: presencial, virtual y distancia tradicional. Teniendo en
cuenta que en cualquier modalidad se hace un uso más o menos intensivo de
las tecnologías de la información y de las comunicaciones (TIC) para generar,
preservar, usar y transferir información y conocimiento, es claro que la diferencia
más evidente entre las modalidades es la mediación de comunicación entre
docente y estudiantes.
Sin embargo, durante los tiempos de pandemia, especialmente en las
cuarentenas y por el distanciamiento social, dicha diferencia se diluyó. La
comunicación a través de las plataformas digitales ha sido fundamental
para dar continuidad a la interacción sincrónica que docentes y estudiantes
tradicionalmente mantienen en el aula de clases.
Haciendo un análisis del anterior contexto, CEIPA sintetiza las siguientes
consideraciones para dar continuidad a su propuesta de transformación disruptiva
de la educación superior:
• La educación superior clasificada según las mediaciones ―presencial
o virtual― es anacrónica y no se corresponde con las realidades del