Lupa Empresarial N° 20/2019
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masas, mirando por encima de sus cabezas hacia metas sociales que estaban
mucho más allá de sus propias aspiraciones individuales. Simplemente Marx no
pretendió más que enunciar la lógica del proceso dialéctico de la historia. De
hecho, Marx como sociólogo, aportó para su tarea un instrumental que consistía
primordialmente en un dominio extenso y lógico de los hechos históricos, logró
con esto un impulso analítico pasional, para resultar ser uno de los mayores
aportes individuales a la sociología: la interpretación económica de la historia
que no es la actuación humana consciente o inconsciente, total o primordial
por motivos económicos, sino por el contrario, devela el protagonismo de la
influencia de los motivos no económicos y el análisis de cómo la realidad social
se refleja en las psiques individuales.
Para Schumpeter (1983) “otras dificultades que surgen en el curso del ensayo
de interpretación histórica aplicando el esquema de Marx podrían resolverse
admitiendo en cierta medida la interacción entre la esfera de la producción y las
demás esferas de la vida social”. De hecho, los economistas fueron “extrañamente
tardíos” en reconocer el fenómeno de las clases sociales, mientras Marx (1984)
ya lo había identificado en la teoría de las clases sociales.
Su aparición histórica fue tal como lo expresa el Manifiesto Comunista, una
carta de presentación que mostró la historia de las sociedades como la historia
de las luchas de clases, demostrando así que mediante esta lucha de clases los
capitalistas pueden destruirse unos a otros y, con el tiempo, destruirían incluso
el sistema capitalista. Sin embargo, esta idea de Schumpeter es concebida por
la rigidez del capitalismo, aspecto que no ha sido así, especialmente desde
la segunda mitad del siglo XX e inicios del siglo XXI, porque el capitalismo ha
realizado labores de adecuación, asimilación e inclusión de beneficios sociales, con
equilibrio gubernamental que le han llevado a la minimización de este fantasma
de destrucción originalmente creado.
Una concepción interesante expuesta por Schumpeter sobre Marx corresponde
a la definición del capitalismo desde el punto de vista sociológico, pues considera
la institución del dominio privado sobre los medios de producción, todo explicado
socialmente por el mecanismo determinado por la teoría económica. Es allí donde
al criticar y rechazar o aceptar y coordinar, desarrolla la obra de Teorías de la
plusvalía, que se convierte en un monumento de celo teórico, lleno de prejuicios
y objetos extracientíficos, hasta el punto que el frío metal de la teoría económica
está inmerso, en las páginas de Marx (1984), en una riqueza de frases hirvientes que
adquiere temperatura que sobrepasa a la suya natural. La teoría de la plusvalía no
expone más que una proposición acerca del propósito económico estacionario