Por:
Lucrecia Maldonado
Resumen
Desde su creación, los organismos de financiamiento internacional han recomendado a los países aplicar ciertas políticas en pos de lograr estabilidad y crecimiento económico. Estas políticas basadas en la economía neoclásica domina el pensamiento económico hasta nuestros días. Para entender cuáles fueron las medidas utilizadas para lograr dichos fines, es necesario entender cómo se inició la formulación de este pensamiento, su legitimación como teoría dominante, y las consecuencias sociales luego de haberla aplicado.
Las crisis internacionales actuales, y los enormes costos sociales que dicha teoría no pudo, no quiso, no supo predecir, nos invitan hoy a replantar, y repensar una nueva teoría económica. Una nueva manera de hacer, de analizar y de actuar, en un nuevo contexto histórico. Una nueva teoría que nos permita comprender mejor la realidad para transformarla, una nueva teoría que nada tiene que ver con esa teoría dominante.
Palabras claves:
Organismos de financiamiento internacional, neoliberalismo, teoría neoclásica, teoría heterodoxa.
Abstrac
Since its inception, international funding agencies have recommended that countries implement certain policies towards achieving stability and economic growth. These policies based on neoclassical economics, dominates economic thinking to this day. To understand what are the measures used to achieve these ends were, you need to understand how the formulation of this thought began its legitimacy as the dominant theory, and social consequences after it has been applied.
The current international crisis and the enormous social costs that this theory could not, would not, did not know predict invite us today to replant, and rethink a new economic theory. A new way of making, analyzing and acting, in a new historical context. A new theory that allows us to better understand the reality to transform, a new theory that has nothing to do with the dominant theory.
Keys words:
International funding agencies, neoliberalism, neoclassical theory, heterodox theory.
En Estados Unidos, en 1944 cuando aún no había concluido la 2da. Guerra Mundial y mientras se desarrollaban las negociaciones previas a su conclusión, se reunieron representantes de diversos países, con el objetivo de discutir medidas monetarias y cambiarias a ser adoptadas en la posguerra. De ellas resulta el convenio constitutivo de lo que hoy conocemos con el nombre de “Sistema Financiero de Bretton Woods”, con el objetivo de instalar un nuevo orden económico mundial, integrado por dos instituciones pilares de las políticas de desarrollo que se llevaron adelante desde la segunda mitad del Siglo XX, el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) (Cardona, 2010).
El Fondo Monetario Internacional tendría la misión de corregir desequilibrios transitorios en los balances de pagos, con el fin de evitar fluctuaciones bruscas en los tipos de cambio. El Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF) hoy conocido como Banco Mundial, fue creado con el propósito de ayudar a los países devastados por la guerra. Con el tiempo amplió sus funciones, ahora orientadas al fomento del desarrollo, principalmente, y colaborando con la aplicación de políticas en los países subdesarrollados para lograr disminuir los niveles de pobreza; entre esas políticas, por nombrar algunas, se encuentran las de desregular el mercado, privatizar las empresas públicas, etc.
Ambas instituciones, fueron el resultado de acuerdos, de negociaciones, principalmente entre la Gran Bretaña y los EE.UU. Por un lado, los ingleses proponían el Plan Keynes, basado en las recomendaciones del economista John Maynard Keynes, consistente en un Banco Central Mundial, y una unidad mundial responsable del cambio de divisas (Cardona, 2010), es decir, una unión internacional de clearing propuesta para un sistema de administración de divisas y, por otro lado, los norteamericanos proponían el Plan White, diseñado por Harry Dexter White. El establecimiento del sistema de Bretton Woods confirmó la hegemonía de Estados Unidos, dado que se lleva adelante el Plan White, que consistía en establecer al oro como instrumento de reserva internacional.
El pensamiento económico dominante de la época, se basaba en la economía neoclásica, que arranca a mediados del siglo XIX y, con distintas variantes y matices, domina el pensamiento económico hasta nuestros días, pese a la Teoría general de Keynes de 1946 y el interregno del New Deal de Roosevelt.
Precisamente, en este documento nos abocaremos al análisis de los postulados epistemológicos más importantes en los que se basa la teoría neoclásica, para entender cómo se dio la formulación de este pensamiento, su legitimación como teoría dominante, sus consecuencias, y la necesidad de replantear nuevas alternativas dotándola de un mayor realismo, en pos de poder comprender mejor la realidad para transformarla.
Para comprender la Teoría Neoclásica, es necesario conocer los postulados de la economía clásica, dado que la misma presenta una ruptura con dicho enfoque económico.
La economía clásica está construida bajo el supuesto del liberalismo económico clásico(1). Dicho supuesto tiene vigencia desde finales del XVIII, hasta 1914, a comienzos de la primera guerra mundial. La obra de Adams Smith fue la primer versión sistemática, la continuaron David Ricardo, R. Malthus, J.B. Say, y F. Bastiat por nombrar los más relevantes. La obra de Marx, El Capital, es la crítica a esta económica política (Gómez, 1995).
Los postulados más importantes se los puede sintetizar en:
En términos generales, a nivel internacional: favorece el libre intercambio entre naciones, adopta una economía basada en un orden internacional y recomienda un orden económico que favorezca al pluralismo de empresas.
Sin embargo, dichos postularon fueron difíciles de llevar a cabo; los obstáculos para evitar la conformación de monopolios y oligopolio, las desigualdades en el mercado laboral con enormes consecuencias sociales, la explotación del trabajo infantil y femenino, etc., determinaron el final de predominio del pensamiento dominante hasta la primera guerra mundial en los centros de poder económico mundial.
Las dos guerras mundiales, y la necesidad de contrarrestar al socialismo, en expansión, condujeron a la aparición de un pensamiento único, el neoliberalismo, como respuesta a las crisis del petróleo de 1973, siendo centro de origen en Chicago. El mismo fue expandiéndose especialmente hacia Latinoamérica a través de la imposición de los regímenes dictatoriales.
Se responsabilizó al intervencionismo estatal en el plano económico, de las crisis de los países, así se justificó su subdesarrollo, donde el Estado intervencionista obstaculizaba la posibilidad de un desarrollo serio que sólo podía estar promovido por el sector privado.
Por lo que, los mentores del neoliberalismo, postularon como única alternativa a ese intervencionismo estatal en el plano económico, aunque parezca paradojal, la necesidad de fuertes intervenciones estatales que garanticen la supremacía del anti intervencionismo económico. Para lo cual, fue necesario entonces, montar todo un aparato intelectual o un sistema de ideas que las torne plausibles y que legitime las políticas a implementarse.
De esta manera, fue necesario presentar al neoliberalismo económico como si respondiera estrictamente a las pautas de la metodología científica. Este rol seudo – legitimador fue llevado a cabo a través de las propuestas de Karl Popper, luego elogiadas y adoptadas por Friedrich A. von Hayek (Gómez, 1995).
Así, estas propuestas tienen como mentor epistemológico-metodológico a Karl Popper y, entre las figuras fundantes del neoliberalismo económico, además de Hayek, encontramos a Von Mises, y en su etapa expansiva, a Milton Friedman, y su escuela de Chicago.
Desde su inicio el neoliberalismo fue recibido con gran interés por las clases dominantes y el establishment académico. Rápidamente se convirtió en el pensamiento económico dominante. Ni siquiera los aportes de Keynes sacudieron sus cimientos, dado que cierto tratamiento del Keynesianismo permitía integrarlo dentro de la escuela principal como síntesis neoclásica (el análisis de John Hicks).
En los años cincuenta, Friedman, puso en cuestión la interpretación teórica y las prescripciones de política económica del keynesianismo, anunciando la recuperación de las versiones más ortodoxas de los Neoclásicos y, en los años ochenta, el keynesianismo fue rechazado por los Neoclásicos, por convertirse en una vertiente de pensamiento incomoda.
La escuela Marxista, otra gran línea de pensamiento económico, que había quedado relegada desde antes de la II Guerra Mundial sólo para quienes tenían una visión distinta de la legitimidad del sistema capitalista, comenzó a recuperarse, y, durante los años últimos cincuenta y la década de los sesenta tuvo una presencia significativa, si bien minoritaria, en los planteamientos teóricos de la economía, especialmente en los países periféricos.
Con la impotencia de las recomendaciones Keynesianas para resolver la crisis de los sesenta/setenta y los desarrollos teóricos de los Nuevos “macroeconomistas" de mediados de los setenta se refuerza y se acentúa el predominio de la interpretación Neoclásica convencional.
Con la llegada al poder en 1979 del presidente Ronald Reagan en Estados Unidos, y la primer ministro Margaret Thatcher, en Gran Bretaña, se da una correlación de fuerzas políticas y sociales, que implica la consolidación y potenciación de las versiones más conservadoras del pensamiento económico neoclásico. En este marco, el rechazo al pensamiento keynesiano es total.
Los presupuestos del liberalismo clásico devienen así en los presupuestos neoliberales (Gómez, 1995) de la mano de Popper y Hayek.
Los postulados más importantes de la concepción neoliberal que ambos autores comparten son(2):
Así como se enfrentó y enfrenta al pensamiento keynesiano, el mundo occidental desarrollado, con un pensamiento conservador neoclásico, se permitió desacreditar al pensamiento marxista; ayudado por los problemas económicos y políticos que se manifestaban en los países del Este, esta situación que se fue acentuando durante los ochenta, para recibir el golpe de gracia con la caída del muro y el desmoronamiento de la URSS desde 1989.
El predominio de la escuela neoclásica en la actualidad es de tal magnitud que prácticamente ni en la academia, ni en los organismos internacionales, ni entre los “policy makers” se reconoce ningún otro tipo de pensamiento económico. Vino a justificar "científicamente" el beneficio al capital y a mostrar la posibilidad de continuidad del sistema económico-social, por lo que, se ha convertido en la “única” ciencia económica considerada "seria, rigurosa y científica". La interpretación neoclásica, se ha convertido en el "pensamiento único" de la economía.
Como vimos en el apartado anterior, para que el neoliberalismo pudiera cumplir el rol seudo-legitimador, del sistema capitalista el pensamiento económico debía tener status científico, esto es, responder a las pautas de la metodología científica. Por lo que, para hacer un análisis de los presupuestos teóricos de la economía neoclásica, es necesario analizar cómo se fue desarrollando el ese pensamiento económico a través de la historia.
La economía o economía política como ciencia, ha ido evolucionando a lo largo de la historia. La misma ha sido influenciada por el movimiento de múltiples transformaciones históricas, económicas, políticas, sociales e ideológicas. Ha cambiado desde el nacimiento de la economía política con Adam Smith, hasta llegar a las ideas más actuales. A lo largo de los años, hasta su propio nombre cambio, desde la “economía política” hacia la “economía” a secas, o ciencia económica. Definir las características de este cambio, resulta una tarea sumamente compleja, ya que incluso podríamos decir que estamos hablando de dos ciencias completamente distintas, cuyo objeto y cuyo método no tienen ningún punto de intersección aunque sí en lo ideológico como vimos antes.
Adams Smith (1723 – 1790) y David Ricardo (1772 – 1823), le dieron nacimiento a la economía política, mostrando que la comprensión del funcionamiento de la sociedad mercantil ya no podía derivarse sólo del estudio de las acciones de los hombres, visibles a simple vista.
Era necesario, entonces, en un sistema organizado alrededor de mercancías (modo de producción capitalista), descubrir leyes de funcionamiento que fuesen capaces de explicar el comportamiento del sistema. Dichas leyes, eran determinadas por los individuos.
Por lo que, para conocerlas, es necesario comprender no sólo del funcionamiento de la sociedad capitalista sino que, además, era necesario comprender el carácter histórico (y por tanto transitorio) de esta sociedad.
Implica, además, reconocer cómo se van dando las transformaciones de la sociedad, y cómo funciona esta sociedad donde los individuos se relacionan fundamentalmente a través de sus mercancías. Realizar este tipo de análisis requiere también preguntarse qué tiene de específico la sociedad capitalista respecto al resto de las sociedades de la historia de la humanidad.
“Ni bajo las condiciones tribales, ni feudales, ni mercantilistas, había un sistema económico separado de la sociedad. La sociedad del siglo XIX, en el que la actividad económica estaba aislada y se imputaba a una motivación claramente económica, constituyó en efecto una excepción singular. Tal patrón institucional sólo podría funcionar si la sociedad se subordinara de algún modo a sus requerimientos. Una economía de mercado sólo puede existir en una sociedad de mercado. Llegamos a esta conclusión en términos generales en nuestro análisis del patrón de mercado. Ahora podemos especificar las razones de esta afirmación. Una economía de mercado debe comprender todos los elementos de la industria, incluidos la mano de obra, la tierra y el dinero...Pero la mano de obra y la tierra no son otra cosa que los seres humanos mismos, de los que se compone toda sociedad, y el ambiente natural en el que existe tal sociedad. Cuando se incluyen tales elementos en mecanismo de mercado, se subordina la sustancia de la sociedad misma a las leyes de mercado.”(Polanyi, K., 1992, 80)La economía política, con distintos objetivos políticos e ideológicos, comprende la especificidad de la sociedad de mercado, e intenta buscar aquellas leyes económicas que garantice las mínimas condiciones para la existencia y supervivencia de dicha sociedad.
Es por esto que el objeto y el método de estudio, se enmarcan en determinar las condiciones básicas fundamentales necesarias para que dicha sociedad subsista, y cómo una forma de organización económica que surge a través de procesos históricos específicos puede satisfacer dichas condiciones y representar una necesidad histórica.
Resulta así, que todos estos planteos traen aparejados el análisis de las relaciones sociales existentes en cada momento histórico, además del entendimiento de que estas formas sociales no son rígidas. Por tanto –y este es uno de los grandes legados de Karl Marx a la economía política- esta ciencia no sólo se preocupa por estudiar, conocer y comprender las leyes del movimiento de los sistemas sociales, sino también por el estudio, conocimiento y comprensión del movimiento de esas leyes.
La economía a secas, en cambio, pierde el interés por ir más allá de las relaciones aparentes y por dotar de historicidad a la teoría, sienta sus bases en hechos evidentes y no busca de ninguna manera ir más allá de ellos. Por otra parte, dan por sentado la existencia natural y eterna de conceptos, relaciones y mecanismos en realidad típicos de la sociedad mercantil.
La teoría neoclásica no se pregunta sobre el surgimiento de los mercados, postula individuos iguales (sean consumidores o productores) que se comportan en forma racional y son dueños de sus opciones y destinos, a partir de las decisiones de compra-venta que toman. En este sentido, la economía reposaría sobre bases muy simples, pero que son tomadas de forma universal, genérica, ahistórica y eterna.
La teoría del valor, herramienta fundamental de la economía política para dilucidar la trama oculta de la sociedad capitalista, es ahora transformada en una teoría de los precios, que no busca ir más allá del sentido común de los individuos.
La economía o ciencia económica, entonces, toma un método distinto, trata de asemejarse a las ciencias naturales, alejándose así de las ciencias sociales. Los marginalistas primero y los neoclásicos después, en su afán de darle carácter científico a la teoría, la asimilan a la física e incorporan sofisticados desarrollos matemáticos. En este punto, se pierde toda noción de que las “variables” que maneja son seres humanos y que los sistemas que analiza son creaciones de ellos mismos. La propia sociedad es vista como una máquina y los mercados como sus engranajes. En donde la economía “como deux et maquina” es quien hace funcionar al sistema en su conjunto (la máquina) y quien se encarga de explicar cómo se mueve cada engranaje.
La Teoría económica neoclásica ha sido y es el fundamento de los Organismos de Financiamiento Internacional(3), como el Fondo Monetario Internacional (FMI) o el Banco Mundial (BM) y de los hacedores de política económica de muchos gobiernos nacionales, de los Bancos centrales, etc.
Estas instituciones, aplican políticas económicas, que surgen de teoría microeconómica basada en la teoría neoclásica con un alto contenido apologético, y se traslada acríticamente a la política económica. En este sentido, Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía que proviene este enfoque teórico, ha sostenido recientemente que “tan sólo unos años atrás una poderosa ideología- la creencia en los mercados libres y sin restricciones- llevo al mundo al borde de la ruina” (Stiglitz, 2011, página 64)(4).
En este sentido, los neoliberales aspiran a tener Bancos Centrales independientes, con tasas de interés elevadas, sindicatos débiles, una mayor flexibilidad en el mercado de trabajo y una congelación o reducción de los salarios, reducción de los servicios públicos y de los impuestos, cuasi desaparición de los déficit públicos y la fijación de limites en el peso relativo de la deuda pública; la privatización de las empresas públicas y el desmantelamiento de numerosas reglamentaciones que regulan los mercados, a fin de devolver a éstos toda su flexibilidad, estas pautas son las que aplicaran, y/o recomendarán aplicar. Más aún, sostienen que la apertura y la liberalización de los mercados son en realidad benéficas para la sociedad.
Para llegar adentro de la teoría neoclásica, hay que estudiar entonces, sus presupuestos teóricos, y su lógica interna, tal como lo define Axel Leijonhufvud (1976)(5), al decir que es necesario conocer los conceptos esenciales, aquellos conceptos que no son formulados, sino el marco en el cual se construyen las hipótesis y las teorías.
Siguiendo a Lavoie (2004), la teoría neoclásica se puede asociar a una epistemología instrumentalista, el individuo será un ser metodológico, tendrá racionalidad ilimitada y la economía tendrá una concepción centrada en la escasez y los intercambios. Veamos cada una:
El pensamiento neoclásico presenta insuficiencias insalvables. No puede explicar teóricamente la dinámica de la sociedad actual, ni la manera de enfrentar los múltiples problemas que existen en esta sociedad en pos de poder orientarla para lograr una acción transformadora de la misma. Es por ello necesario encontrar un pensamiento económico que nos permita explicar dicha realidad, y transformarla.
La economía debe ser entendida(6) como una ciencia social, factual, o empírica, no experimental, histórica, y para la acción; donde los hechos económicos puedan entenderse como hechos transitorios, donde el objeto de estudio es provisorio, relativo, y están históricamente determinados.
Siguiendo a Del Percio, (2006) la teoría económica, vista ahora como una ciencia social, debe entender que el objeto de estudio es la sociedad, y dada la complejidad de la sociedad contemporánea, resultan ineficientes los instrumentos utilizados hasta el momento para analizarla. El autor propone, utilizar la In-disciplina como método de estudio para abordar las principales tendencias. En el sentido de “Insertarse” una disciplina en otra, incorporar particularidades de una disciplina específica en otra, tomar el prefijo “In” como negación en el sentido etimológico del término. Lograr una interrelación de las diferentes disciplinas, a través del método indisciplinario, para comprender el comportamiento del funcionamiento del sistema en su totalidad. Es necesario comprender la condición social en sí misma, dado que no es posible entender cada uno de los factores que la condicionan.
Así, la economía heterodoxa se presenta como una economía critica, distinta a la teoría dominante. Está formada por numerosas escuelas de pensamiento, que, en su mayoría, se oponen a la economía neoclásica, en ella se encuentran: los economistas marxistas, los sraffianos, o neorricardianos, los estructuralistas o del desarrollo, los institucionalistas, los regulacionistas, los humanistas o sociales, los antiutilitaristas, los behavioristas, los feministas, los poskeynesianos, los schumpeterianos o evolucionistas, entre otras escuelas. Estas escuelas de pensamientos son rivales y complementarias al mismo tiempo, dado que analizan distintos aspectos particulares de la economía.
Volviendo a Lavoie (2004), para analizar los presupuestos de la teoría heterodoxa, vemos que, a diferencia de la teoría neoclásica, incorpora el realismo (o holismo) en sus hipótesis, además de la racionalidad de procedimiento y centra la economía en la producción y en distinta actitud hacia el mercado.
Desde su creación hasta la actualidad, los organismos de financiamiento Internacional, tanto el BM como el FMI han recomendado a los países de todo el mundo aplicar las políticas neoliberales, en pos de lograr la estabilidad y el crecimiento económico.
Estas políticas - basadas esencialmente en la austeridad, la liberalización, y las privatizaciones – tienen como objetivo eliminar o contener la inflación, preservar el tipo de cambio, incrementar la tasa de crecimiento de la productividad y crear puesto de trabajos estables.
No hay mucha controversia sobre estos fines, pero sí sobre los medios idóneos para alcanzarlos. Los medios que hemos mencionado, se fundan en la doctrina neoliberal, y constituyeron el denominado “Consenso de Washington”(7) , aplicado a partir de 1989. Se presentan como las verdades indiscutibles de nuestra época, como lo denunciaba John Kenneth Galbraith (1961).
La crisis internacional actual y los enormes costos sociales que acarrea, son una clara muestra de la incapacidad de la teoría neoclásica para prevenir las crisis y diseñar políticas que las resuelvan. Países como Argentina en la década del 90 aplicaron las recetas neoliberales, hoy, Grecia(8) y España son inducidas a aplicarlas, dado que el paquete de medidas que le exige el FMI para otorgarle el salvataje se basan en esos fundamentos.
Paul Krugman(9) sostuvo que el nuevo rescate a Grecia: “Es una versión del Plan Brady adoptado por los países de América latina”; con el agravante de que “la deuda de América latina y la austeridad que les exigieron fue mucho menor que ahora con Grecia….no me parece un plan adecuado”.
Estos son ejemplos de cómo los Organismos de Financiamiento Internacionales siguen exigiendo medidas ortodoxas a los países en crisis, los cuales deben aplicar las recetas neoclásicas en pos de lograr la estabilidad y un posterior desarrollo en país. La historia dice lo contrario.
Conociendo los desastres sociales y las crisis internacionales inexplicadas por esta teoría y causadas por la implementación de las políticas aplicadas sin contexto histórico, nos obliga a repensar en una nueva teoría económica arraigada de la sociedad. Una teoría que nada tiene que ver con la teoría dominante, sino con una teoría heterodoxa, con el pensamiento critico.
Notas:
(1) Para analizar los postulados del liberalismo económico clásico, nos basaremos en el capítulo VIII de GOMEZ, Ricardo, Neoliberalismo y seudociencia,, Buenos Aires, Lugar Editorial, 1995.
(1) POLANYI, Karl, La gran transformación. México, Fondo de Cultura Económica, 1992 (primera edición en inglés 1957).
(2) Todas las citas textuales sobre los principios epistemológicos que se analizan son tomadas de GOMEZ, Ricardo, Neoliberalismo y seudocienci, Capítulo VIII , páginas -165-177. Buenos Aires, Lugar Editorial, 1995.
(3) Estos organismos operan con varios vehículos en este sentido, como ser: 1) los préstamos para la reforma del estado, 2) estableciendo condicionalidades a los desembolsos de los préstamos 3) condicionando las políticas económicas nacionales.
(4) Para más información se puede consultar: Joseph Stiglitz en Diario Carin Digital, 17/ 06/11 Esa pésima idea de desregular el capitalismo. http://www.clarin.com/opinion/pesima-idea-desregular-capitalismo_0_518948203.html
(5) Citado por LAVOIR, Marc (2004), Pág.8
(6) Tal como la define Angel Sciara
(7) Las políticas del “ Consenso de Washington se fundaban en un modelo simplista de la economía de mercado, el modelo de equilibrio competitivo, en el cual la mano invisible de Adams Smith opera y lo hace a la perfección “ Stiglitz, Joseph, El malestar en la Globalización, Taurus, Argentina. 2002. Pág 114
(8) Innumerables ejemplos podemos encontrar en los recortes de diarios actuales, como ser en el revista Veintitres, en su edición digital, el 28 de julio de 2011 plantea “el gobierno socialista de Georgios Papandreu fue forzado a fines del mes pasado a profundizar el ajuste fiscal y a lanzar un descomunal programa de privatizaciones estimado en 50.000 millones de euros. “Menos la Acrópolis, tienen que vender todo”, los humilló el ministro de Finanzas holandés Jan Kees de Jager ” http://www.elargentino.com/nota-150761-Grecia-Beethoven-y-Blas-Parera.html
(9) Paul Krugman en Veinte tres, diario digital, el 28/07/11 en http://www.elargentino.com/nota-150761-Grecia-Beethoven-y-Blas-Parera.html
(10) El concepto de arraigo, es tomado de Polanyi, en su libro La gran transformación, donde expresa que la economía no es autónoma, sino que está subordinada a la política, a la religión, y las relaciones sociales
CARDONA, G. (2010) Comercio Mundial: tendencias y estructura. Medellín: Colección Autores Esumer.
DEL PERCIO, E. (2006) La condición social, Argentina: Altamira
GALBRAITH. J. K. (1994). Un viaje por la economía de nuestro tiempo. España, Ariel.
GÓMEZ, R. (1995) Neoliberalismo y seudocienci, Buenos Aires, Lugar Editorial.
GOMEZ, R. (2004) Neoliberalismo y seudociencia, Buenos Aires, Lugar Editorial
KRUGMAN, P. (2011). Grecia, Beethoven y Blas Pascal. Entrevista en Veinte y tres, diario digital, el 28/07/11. Consultado en agosto 15 de 2012 en: http://www.elargentino.com/nota-150761-Grecia-Beethoven-y-Blas-Parera.html
LAVOIE, M. (2004) L´économie postkeynésianne, Paris, Éditions La Découverte, 2004. Traducido al castellano: Alfonso Barceló.2005. Pág. 7-21
POLANYI, K. (1992), La gran transformación. México, Fondo de Cultura Económica. (Primera edición en inglés 1957).
STIGLITZ, J. (2002), El malestar en la Globalización, Taurus, Argentina. 2002.
STIGLITZ J. (2011). Esa pésima idea de desregular el capitalismo. Publicado en: Diario Clarín Digital, 17/ 06/11 Consultado en: http://www.clarin.com/opinion/pesima-idea-desregular-capitalismo_0_518948203.html