La formación y la responsabilidad social empresarial universitaria

Por:
Yaqueline Román*

Resumen

Las escuelas y facultades de administración deben enseñar ética, dada la necesidad y urgencia que tienen los gerentes actualmente para comportarse moralmente, y lograr hacer gestión en la función social que cumplen cada uno y lograr así una concatenación entre el individuo social y el individuo laboral.

Es tarea de las instituciones educativas, como parte de su función, enseñar a los estudiantes a obtener beneficios y ganancias, a gerenciar recursos con eficacia y eficiencia, pero a su vez es necesario hacer énfasis en la manera como se logran los resultados y en la dimensión social que ello tiene. Deben buscarse mecanismos para lograr una integración en el currículo de las competencias profesionales y la solución de problemas morales, así como evaluar y anticiparse a los efectos éticos derivados de sus acciones. Y como dice Maturana, los distintos temas o materias que los alumnos aprenden en las escuelas de administración, son aspectos operacionales y tienen que ver con el hacer, no con el ser (Maturana, 1997, 72), y es ahí donde debe haber una intervención de la formación parar acercar el hacer y el ser a la realidad actual y sobre todo en las dimensiones sociales de cada uno. Es por esto que la educación es un proceso de transformación en la convivencia, en lo humano, en la aceptación y en la conciencia social del otro (Maturana, 1997, 119).

Palabras clave

Responsabilidad social universitaria – responsabilidad – autoridad – formación – enseñanza.

Abstract

The administration schools should teach ethics, because of the need the managers have today to morally behave and to reach what they have to do in their social function that everyone is compromised to do, and to get that way a link between the social individual and the working individual.

It is a work of educating institutions, as part of their functions, to teach all students to get benefits and profits, to manage with efficacy and efficiency, and at the same time making emphasis on how to get the results and to see social importance that it has.

The institutions should look for tools to get the integration in the professional curriculum, and decision of moral problems; also to evaluate and to get ahead of the ethical effects which come from their actions.

Like Maturana says, the different topics and subjects that the students learn in the schools areoperational aspects and are related to what to do,not with the human being (Maturana, 1997, 72), and it is here where there should be a involvement in the formation to close the doing and the human beingin the actual reality, and mainlyin eachones social dimensions.

This is the reason the education is a transformation process in coexistence, in the human aspect, in the acceptance, and in the social conscience of the other (Maturana, 1997, 119).

Keywords

University social responsibility - the responsibility - authority - training - education.

Introducción

La importancia de enseñar RSE a los futuros profesionales radica en asegurar la forma de gestionar, asumir y relacionarse con los otros desde lo social, desde las dificultades, las carencias y sobre todo desde un desarrollo capaz de mejorar sin perturbar, que es lo que hoy se está considerando como desarrollo sostenible. Más que importante, es necesario y urgente realizar una formación adecuada y pertinente respecto a los temas sociales, lo que lleva a tener ejecutivos, serios, exitosos, que comprendan el rol social que deben cumplir, y lograr así la posibilidad de análisis de su entorno y la construcción de acciones que puedan dar solución, en una relación Empresa – sociedad, justa y sobre todo con índices de sostenibilidad.

La RSE es un mecanismo más para que los ejecutivos y las empresas actuales retornen a la sociedad lo que ésta les ha brindado. Actualmente es imposible pensar en organizaciones alejadas de las acciones sociales, de la construcción de buenas, justas y equitativas relaciones con sus grupos de interés. Tal como decía uno de los padres del management moderno: “No hay empresas exitosas en comunidades deterioradas” (Drucker, 2002,94); No podemos pensar en líderes que sean ajenos a la temática, pues no serían verdaderos líderes empresariales.

Además es necesario que nuestros profesores en las aulas de clase, no sólo desarrollen excelentes contenidos; es importante que hagan saber a sus alumnos que la Responsabilidad Social Empresarial es una acción social, que a través de sus decisiones, crea o destruye valor social. La RSE es un camino lleno de expectativas y que necesariamente hay que recorrer en los actuales momentos. La RSE concentra valor social, ambiental y laboral, conjugando resultados económicos, financieros, ambientales y sociales.

La enseñanza

La educación es el proceso por el cual el hombre se forma y define como persona. La palabra educar viene del latín edúcere, que significa sacar. Aparte de su concepto universal, la educación reviste características especiales según sean los rasgos peculiares del individuo y de la sociedad (Navarro, 2004). Es ahí donde el estudiante adquiere la motivación suficiente para aprender las temáticas que hacen parte de su profesión, su articulación con el medio y la conciencia sobre ciertos factores claves en el desarrollo y ejecución de su hacer.

Surge así una serie de interrogantes que llevan a plantear cómo la universidad puede motivar el aprendizaje en los estudiantes, y construir desde el aula conciencia social, para realizar lecturas lógicas de sus entornos y construir y hacer gestión para transformar realidades.

Enseñar incluye hacer que la gente lea cierto material, que vea demostraciones específicas y que tome parte en distintas actividades que produzcan aprendizaje, en donde el principal resultado es básicamente la conciencia del otro, de lo que esta por fuera, de mi entorno. Es así como se define la enseñanza como “hacer que la gente aprenda”. Por lo tanto el maestro sería un individuo que hace que otros individuos – los alumnos – aprendan. Este aprendizaje deber ser entregado a la sociedad como parte de la solución a todos los procesos de transformación que se espera sucedan desde la gestión de todos aquellos que egresan de un claustro universitario, y en los cuales están puestas las esperanzas de las generaciones que están próximas al retiro y que desean que los que llegan no sólo superen su gestión en cifras, sino en efectos y transformación social.

La formación

La formación humana tiene que ver con el desarrollo de los individuos como personas capaces de ser cocreadoras con otros, de un espacio humano de convivencia social deseable (MATURANA,1997,15), mientras que la capacitación tienen que ver con la adquisición de habilidades y capacidades de acción en el mundo en que se vive, como un recurso operacional que la persona tiene para sobrevivir (MATURANA, 1997,15) , la universidad también capacita porque está enseñando a hacer, a realizar un oficio para generar unos patrones de sobrevivencia en un modelo económico y por supuesto social. Eso es la educación, un proceso de transformación en la convivencia diaria y cotidiana, es un proceso donde los alumnos y alumnas se transforman para dar soporte al diario vivir de su entorno.

Por ello los procesos de formación deben estar articulados a las realidades más próximas de su entorno, porque es allí donde se validan sus procesos académicos en la pertinencia, proyección social y la conciencia social.

Igualmente la responsabilidad del que enseña, como del que gestiona el proceso educativo, es conducir al alumno en una experiencia de aprendizaje donde se evidencie su realidad para guiar y producir los cambios y las transformaciones que sólo la formación puede ofrecer.

La tarea de la educación es formar seres humanos para el presente, para cualquier presente; seres en los que cualquier otro ser humano pueda confiar y respetar, seres capaces de pensarlo todo y hacer lo que se requiera como un acto responsable desde su consciencia social (Maturana, 1997,14), y ahí la universidad colombiana tiene un gran compromiso con la sociedad, las organizaciones y los entes gubernamentales; de ser capaz de formar seres humanos no sólo capaces de gestionar, sino de construir y mejorar la sociedad actual; y termina el Dr. Maturana concluyendo lo siguiente:

La tarea de la formación es el fundamento de todo el proceso educativo, ya que sólo si ésta se complementa, los seres humanos podrán vivir como personas socialmente responsables y libres, capaces de reflexionar sobre su quehacer, capaces de ver y corregir errores, capaces de cooperar y vivir una conducta ética por que no desaparecen sus relaciones con los demás (Maturana, 1997,16)… capaces de ser y hacer en una realidad única y cambiante: el mundo actual.

La universidad y la R.S.E

La universidad de inicios del siglo XXI aboga por una sólida formación cultural, social y ambiental como base y comprensión real de la época en que se vive. El proceso de formación está orientado hacia una amplia y profunda visión de aquellos aspectos relevantes de la sociedad y las organizaciones actuales, determinada por el impulsivo desarrollo de la ciencia y de la tecnología en estrecha conexión con las diferentes esferas del saber, así como por su repercusión en la sociedad en general.

En el inicio de este siglo, en el mundo y en nuestro país, la sociedad exige una demanda de la educación superior sin precedentes, basada en la toma de conciencia sobre el entorno en el que opera, en lograr ofrecer resultados a los diferentes problemas que aquejan a la sociedad, y por supuesto se espera que la educación universitaria contribuya al desarrollo sociocultural, económico y ambiental para la construcción del futuro (Arancibia, 2004, 28).

La universidad actual es un factor clave para el desarrollo científico y social de un país, donde de deben generar nuevos conocimientos y habilidades para comprender los desarrollos tecnológicos, sociales, económicos y culturales de un país. La responsabilidad es la que hace que todas las instituciones, incluida la universidad, se comprometan con lo social o lo crítico, entendiendo la responsabilidad como una categoría ética y transformadora, diferente al movimiento de estrategia empresarial que ahora se quiere aplicar al término.

A la universidad actual le interesa la responsabilidad como una categoría ética (JIMÉNEZ, 2003,68). El rol de la universidad es aportar a la sociedad profesionales y personas educadas y bien preparadas para realizar lecturas lógicas de sus entornos y crear soluciones además de inteligentes estratégicas y posibles.

Para Humberto Maturana la tarea de la educación es permitir y facilitar el crecimiento de las personas como seres humanos que se respetan a sí mismos y a los otros, con conciencia social y ecológica, de manera que puedan actuar con libertad y responsabilidad en la comunidad a la cual pertenecen (MATURANA, 1997,16).

Por lo tanto, como argumenta Sima Nisis de Rezepka, una universidad educa en forma socialmente responsable, es capaz de proveer un ambiente que facilite el desarrollo de conductas morales, en el cual cada joven apunte a construir el modo de vivir libre y responsablemente en comunidad (REZEPKA, 1997, 18).

La formación que hoy día tienen las universidades en este tema demanda un compromiso mayor, urgente y próximo, ya que es necesario que cada país aspire a convertirse en las próximas décadas en un país desarrollado, sostenible y sobre todo habitable, lo cual implica promover un profundo cambio científico, tecnológico, económico, social y de formación en nuestra sociedad. Los hombres y mujeres que se encargarán de crear las condiciones humanas, de trabajo y solidaridad, para que los talentos de todos alcancen su pleno desarrollo y produzcan el desarrollo sostenible que anhelamos, es decir, los profesionales, científicos e intelectuales capaces de liderar este tipo de cambios en las distintas organizaciones, se deben formar exclusivamente en las universidades (KLISBERG, 2005, 8).

Formación en responsabilidad social empresarial en las escuelas de administración

La universidad colombiana no puede asumir una posición de indiferencia ante los complejos y difíciles problemas que están afectando a la humanidad (Problemas ambientales, pérdida de valores, deslegitimación del orden establecido entre otros,) y que serán dificultades mayores en los próximos años.

Son los profesionales, el Estado y las entidades educativas las que deben asumir una posición de liderazgo para prevenir y ayudar a contrarrestar dichos males. Es hora de replantear algunos procesos de formación y lograr un ajuste en las temáticas que integran algunas asignaturas, y la realidad que compone el entorno en todas sus dimensiones pues, de no hacerse, cada día estaríamos avocados a peores y más difíciles momentos, no solo empresariales, sino ambientales, laborales, educativos y de varios órdenes y es así como a la misma universidad colombiana le tocaría tomar palco para ser testigo de nuestra propia tragedia. Son los decanos, profesores, alumnos y comunidad académica en general, los llamados a asumir un liderazgo por una posición ética, moral y de responsabilidad social a través de los procesos de formación impartidos, que permitan construir un mejor país y por ende un mejor futuro donde estar para todos. Los procesos de formación no pueden estar aislados de las realidades que los agobian, porque es la Universidad la fuente del saber y por supuesto en la que miles y millones de personas tienen depositadas sus esperanzas para transformar mentes y actitudes y poder así comenzar a soñar de nuevo.

El tema de la responsabilidad social empresarial en el proceso de formación universitaria, aún no ha sido asimilado con la suficiente seriedad y urgencia que amerita, pues parece que la academia colombiana jugara de la misma manera que los empresarios: “hagamos de todo y nada, esperemos qué pasa”. Es necesario comprender que la formación es clave.

Se amerita y es casi urgente e inmediata la formación de profesionales capaces de flexibilizar a las organizaciones ante los rápidos cambios que genera el entorno de los negocios, asegurando que las estrategias sean receptivas ante los giros frecuentes, logrando la transformación a través de un direccionamiento estratégico propio y lógico. En tal sentido, surge la necesidad de determinar la pertinencia de la formación en Responsabilidad Social Empresarial, acción generada por las universidades como instituciones en las cuales se capacitan gran cantidad de recursos humanos a escala interna, y que poseen el personal calificado para generar cambios en la formación gerencial tanto del sector productivo, como del sector público.

Es necesario analizar cómo la ética y la Responsabilidad Social Empresarial están inmersas en el pensar profesional y cómo los valores de cada uno son reforzados durante el proceso de enseñanza y por ende en su respectiva aplicación profesional. Hoy por hoy los procesos de enseñanza deben apuntar a una visión holística en la formación de todos los profesionales y lograr despertar el sentido colectivo que, como dice Maturana, es algo de todos (Maturana, 1997, 119).

Es preciso aspirar a la creación de una cultura ética articulada al hacer y que sea parte de la impronta de todo profesional, y termine siendo el sello incondicional del hacer de todas las organizaciones. Es sencillo, sólo se requiere que los procesos de formación en ética y Responsabilidad Social Empresarial, sean además de transversales, permanentes, que toquen al individuo y su entorno para que a su vez incidan en sus valores, comportamientos y actitudes logrando permear las organizaciones en las cuales se desempeñen, lo cual a su vez va a ser un indicador de la responsabilidad social que esta organización va a asumir en el futuro y con sus grupos de interés.

En el libro verde de la Comunidad Europea se establece como prioridad el ofrecer cursos y módulos de Responsabilidad Social Empresarial que se impartan inicialmente en las universidades como escenarios cambiantes y responsables de la transformación de sus entornos, para generar transformación, inicialmente en el hacer y más tarde en el ser.

Es necesario que el sector productivo logre adaptar sus estructuras a las nuevas realidades y buscar cada día alianzas con los centros de investigación de las universidades para encontrar respuestas oportunas, rápidas y sobre todo eficaces a las exigencias de la sociedad. Estas realidades o necesidades exigen crear un vínculo permanente e inmediato entre la universidad y las organizaciones, posibilitando con ello un refuerzo a los valores de intercambio con el entorno, y proporcionando una retroalimentación positiva con el entorno al cual se debe incorporar.

Son las universidades, como parte de su función, las responsables de enseñar a los estudiantes a obtener beneficios y ganancias, pero así mismo indicarles los procedimientos lógicos, posibles y sobre todo ajenos a una perturbación colectiva, no sólo valen los resultados; el cómo alcanzarlos es fundamental ya que la dimensión social de las decisiones es un indicador actual de la gestión.

Concepto de responsabilidad social universitaria

El concepto de “Universidades Sostenibles” está ganando muchos adeptos en el mundo anglosajón y europeo. Generándose aún resistencia, por parte de ciertos académicos que no han logrado desligar la ideología del asunto con el hacer y no comprenden aún la importancia de la gestión universitaria limpia, transparente, transformadora, líder y sobre todo ejemplar como acción no sólo administrativo, sino de carácter educativo. Todavía se prefiere hablar en términos de extensión que de Responsabilidad Social desde la academia, al igual que en el mundo empresarial se prefiere hablar de filantropía, que de sistema de gestión socialmente responsable (KLISBERG, 2005, 15). No importa ya que cada día se evidencie que el movimiento de la Responsabilidad Social, el Desarrollo sostenible, pasó de ser una moda a convertirse en una realidad que estará muchos años con nosotros, la cual será una compañera inseparable de la gestión diaria de las organizaciones actuales.

La internacionalización de los estándares de buenas prácticas, la aplicación y adhesión al pacto global, el cumplimiento y desarrollo de los objetivos del milenio son imparables, porque sencillamente no tenemos otra salida si queremos sostenibilidad social y ambiental, además de sobrevivencia y permanencia como habitantes de la tierra. Y cada vez que intento desesperarme y que aflora el pesimismo, recurro a la famosa frase de Koffi Annan (2) “ si no es hoy, cuando, si no somos nosotros, quien? Y me vuelve el alma al cuerpo como decían nuestras abuelas. Creo que hay elementos reales actualmente que nos posibilitan creer que esta moda que pasa a ser realidad será capaz de transformar actitudes y comportamientos para un mejor futuro.

La universidad colombiana debe visionar el futuro y adelantarse a las necesidades que el país requiere y no sólo ayudar a los procesos de transformación; también es necesario que se convierta en protagonista y líder de los profundos cambios que demanda este nuevo siglo. Por lo tanto en una sociedad globalizada, conectada, la universidad tiene que responder a los requerimientos del país y del mundo.

La universidad inicia su proceso de responsabilidad desde la esencia sustantiva de su quehacer, (investigación, docencia y extensión), coadyuvando a la creación de espacios de reflexión, auto análisis, que le conceda la profundidad y la capacidad de respuesta que requieren sus diferentes grupos de interés. Se es responsable desde las funciones cotidianas, por lo tanto la RSU no es una actividad extra-programática, es parte de su esencia, de su “ethos”, de su forma de ser universidad (KLISBERG, 2005, 10).

Es así como cada vez más las universidades han ido pensando su papel en la formación de personas éticas, comprometidas, socialmente responsables y académicamente fuertes. Como resultado de estas reflexiones se plantean dentro la Responsabilidad Social Universitaria (RSU), las clases de ética, programas de prácticas profesionales (que acercan al estudiante al mundo laboral y a sus conocimientos prácticos), grupos de investigación y propuestas de voluntariado que robustezcan la formación de aquellos profesionales que serán los encargados de manejar el timón del cambio, la justicia, la equidad y la sostenibilidad de todos los que están a su alrededor.

Es entonces importante destacar el siguiente interrogante: ¿Se enseña actualmente responsabilidad social en las escuelas de administración?

Para dar respuesta a esta pregunta se deben analizar una serie de temas entre los cuales se destacan el alcance de la responsabilidad social empresarial y la pertinencia de su enseñanza en la Formación Gerencial impartida por las escuelas de administración, en un entorno altamente competitivo y totalmente globalizado.

Notas:

(2) Ex secretario de Naciones Unidas, Ganador del premio Nóbel de la paz.

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* Yaqueline Román Castaño