De la Administración a la Investigación

Por:
Juan Pablo Arrubla Zapata

Resumen

Este artículo es producto de la reflexión acerca de conocimiento sobre las formas de administración de la investigación, partiendo desde las políticas de fomento hasta llegar a las unidades básicas de generación de conocimiento y de formación de jóvenes investigadores, las cuales se consideran fundamentales para la consolidación de la investigación en la Universidad.

Palabras claves

Políticas de investigación – Semilleros de Investigación – Grupos de investigación.

Abstract

This article is the product of reflection on knowledge on ways of managing the investigation, starting from policies aimed to reach the basic units of generation of knowledge and training of young researchers, which are considered crucial for the consolidation of research at the University.

Keywords

Research Policy - Incubators Research - Research Groups

Introducción

La ciencia es concebida como una actividad proactiva en la búsqueda del conocimiento, es una actividad progresiva y acumulativa, que permite al ser humano realizar el acopio del aprendizaje y conocimiento de la naturaleza y de sus normas o leyes que la rigen. La creación de este conocimiento es tarea fundamental de todos los pertenecientes a la raza humana y como tal debe de ser apoyada por todas las instancias posibles, tanto en el ámbito global como local.

En Colombia la actividad investigativa tuvo sus inicios en la Expedición Botánica de José Celestino Mutis y en los trabajos del Sabio Caldas. Ya en el año 1929 se dio creación a la Academia de Ciencias Exactas y Naturales, la cual no arrojó los frutos esperados debido a la coyuntura de la época – primero la Gran Depresión de la economía mundial y luego la Segunda Guerra Mundial – por lo cual, los gobiernos de la época no brindaron el apoyo requerido. Solo a finales de los años 60, se crea el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología y la fundación de Colciencias – como ente financiador de proyectos – y surgen una serie de mecanismos, entidades y acciones de apoyo y fomento a la investigación, los cuales formulan las primeras políticas de fomento al sector.

Otros hechos relevantes en el sector investigativo en el país son los siguientes: la segunda expedición botánica en 1984, el foro nacional sobre ciencia y tecnología de 1987, la misión de ciencias y tecnologías creada en 1989, la ley 29 de 1990 que fomenta la actividad investigativa y tecnológica, el decreto 1767 por el cual se reforma a Colciencias, varios decretos ley en el gobierno Gaviria por los cuales se crea el Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología, entre otros, la inclusión de varios artículos en la Constitución del 91 – por ejemplo el 70 y el 71 – que hacen referencia a la importancia de la ciencia y la tecnología para el desarrollo de Colombia y la obligatoriedad del Gobierno para su apoyo y fomento. Estos para nombrar solo algunos.

Es pues un imperativo para el gobierno nacional, para sus ministerios y para las instituciones de educación superior, realizar esfuerzos y acciones eficaces para promover, fomentar y administrar los esfuerzos que en cuanto a la investigación científica se adelanta en el país. Se pretende dar a conocer de una forma general el marco de actuación y algunas de las políticas y sistemas que rigen la investigación en el país, así como la de identificar algunas de las estrategias de administración de estas acciones en las Universidades.

Políticas de fomento a la investigación

El sistema nacional de ciencia y tecnología fue creado mediante un decreto ley (585 de 1991), y se le definió como un “sistema abierto, no excluyente, del cual forman parte todos los programas, estrategias y actividades de ciencia y tecnología, independientemente de la institución pública o privada o de la persona que los desarrolle” (2). Este decreto dispuso el traslado de Colciencias del Ministerio de Educación al Departamento Nacional de Planeación (DNP) y se dio vida a 11 programas nacionales de ciencia y tecnología que cubren los ámbitos científicos y tecnológicos más relevantes. También se le asignó la coordinación de este sistema al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología. La Constitución del 91, definió como una actividad obligatoria del Estado, el apoyo a la ciencia y la tecnología, lo cual es importante para la consolidación de unas políticas coherentes y de largo plazo, convirtiéndolas en asunto de política económica e inserta en los planes de desarrollo.

En el año de 1993 se conformó la “Misión de Sabios” (Misión de Ciencia, Educación y Desarrollo) (3), con el fin de elaborar un diagnóstico acerca de la situación de la educación, las ciencias y el desarrollo de las tecnologías en Colombia. Esta misión puso de manifiesto el atraso del país, en contraste con el entorno latinoamericano, y más aún con el mundial.

Una de las labores del Sistema NCyT, es la evaluación de estas capacidades, tarea que asumió Colciencias, y que se hizo realidad con la primera convocatoria a grupos y centros de investigación en 1991. Se registraron más de 160 grupos en todo el país con producción en todas las áreas, y se revalidó que el hacer Ciencia y Tecnología era ya una realidad en el país. Las convocatorias han sido sucesivas y ha sido clasificatoria. De aquí nacen el CvLac y el GrupLac, que son sistemas de información en las cuales se registra la hoja de vida de los investigadores y de los grupos dedicados a la investigación. Asimismo en 1996 se creó el Publindex, con el fin de realizar un registro sistemático de la producción de material científico nacional.

Un aspecto importante y relevante en este proceso, es el tránsito, en 1995, de los 11 programas nacionales de ciencia y tecnología a las 6 áreas del conocimiento, ya con esto se pretende fortalecer y promover las capacidades científicas, tecnológicas y de innovación con una visión de largo plazo. Las seis áreas son:

Para concluir este apartado, se puede decir que después de un lento y vacilante “arranque”, en el país se ha consolidado una política coherente y con visión de futuro, bajo la cual se debe lograr una capacidad de generación y adaptación de conocimiento en continuo ascenso, aunque en el contexto global sigamos rezagados en el desarrollo de las capacidades científicas y tecnológicas, aún frente a países latinoamericanos. Este rezago explica el bajo uso de la tecnología en procesos productivos como factor agregado y de agregación de valor a la oferta exportable; lo cual es determinante para una limitada contribución a la generación de bienestar, empleo e ingresos para la población en general.

Sistemas de investigación universitaria

Grupos de investigación

Una de las mejores definiciones de Grupos de Investigación, es la adoptada por la Universidad de Antioquia, Institución líder en este campo, en la cual se identifica a un grupo de investigación como aquel conformado por un conjunto de personas que se han reunido para realizar investigación en un tema específico, que han formulado problemas de interés común en un área del conocimiento, con un problema de tipo investigativo identificado como una necesidad social, que han trazado un plan de desarrollo a mediano y largo plazo y han producido resultados de conocimiento sobre el tema investigado (ARRUBLA et. al, 2001), (MEJIA CORREA, 2007). Otra definición de grupo de investigación es la aportada por el Doctor Félix Londoño, Director de Investigación y Docencia de la Universidad EAFIT: “La existencia misma del grupo no es nada más que el resultado de un acto conversacional entre un conjunto de personas que se reúnen animadas por el propósito común de investigar en una temática y problemática dada” (LONDOÑO, 2005, 188). La existencia de un grupo está determinada por la producción de resultados “tangibles y verificables”, fruto de los proyectos y de otro tipo de actividades de corte investigativo. Así, entonces, un grupo de investigación se convertirá en una unidad básica de generación de conocimiento. La calidad de los grupos se mide por la relevancia de sus investigaciones, por los resultados presentados y que son compartidos a la comunidad científica en el ámbito local e internacional (ARRUBLA et. al, 2002).

Uno, sino el más significativo proceso de calificación, es el establecido por Colciencias en el cual se reconocen los grupos de investigación con alta calidad investigativa en el país, el cual les hace acreedores a reconocimientos de la academia nacional y a recursos para inversión en proyectos de investigación. Las principales características que debe reunir un grupo de investigación para ser reconocido por Colciencias son las siguientes: debe tener más de 2 años de creación, demostrar la generación de conocimiento durante esos años de existencia, tener al menos un proyecto en curso y estar avalado por una Institución. Para la medición y clasificación se tienen en cuenta sus productos de investigación, entre ellos están: productos resultados de investigaciones (artículos, capítulos, libros, patentes, normas, literatura gris); productos de actividades de investigación relacionadas en la formación de investigadores (tesis, trabajos de grado, participación en programas de posgrado); productos relacionados con actividades de extensión (divulgación y apropiación social del conocimiento); productos relacionados a actividades de consultoría (divulgación y popularización del conocimiento).

Estos grupos son, o hay que reconocerlos, como unidades organizativas que necesitan ser gestionadas para el mejor aprovechamiento de los recursos humanos, financieros y técnicos invertidos en los procesos investigativos. Como factores clave del éxito de un grupo de investigación se han reconocido los siguientes (ARRUBLA et. al, 2001):

La gestión de estos grupos no es competencia únicamente de Colciencias, es también deber de las Universidades crear un sistema de medición, unos indicadores de gestión para obtener estadísticas e indicadores acerca de la actividad investigativa de la Institución, que permitan apoyar la definición de políticas y de estrategias institucionales de fomento a la investigación, que apoye la gestión de corto, mediano y largo plazo de los grupos de investigación, y mejore los procesos de toma de decisiones utilizando información confiable (ROBLEDO Y CUADROS, 2004).

Semilleros de investigación

Las Universidades impulsan como una actividad de tipo extracurricular la formación en investigación de sus estudiantes de pregrado. Estas actividades se han denominado Semilleros de Investigación.

Estos son programas de iniciación temprana a la labor investigativa, la cual tiene como objetivo el fortalecimiento de la participación de la Universidad en programas, líneas de investigación, proyectos de investigación y desarrollo de tipo tecnológico en los ámbitos locales, regionales e internacionales. Son espacios en donde los estudiantes de todos los niveles se involucran en el trabajo cotidiano de un investigador, el cual juega el rol de tutor, buscando generar comunidades de aprendizaje alrededor de un tema en particular de investigación, en la articulación a través de proyectos, en el desarrollo de los mismos y en la difusión y divulgación de los resultados obtenidos en el proceso.

Una propuesta de semilleros de investigación es una estrategia formativa que debe ser sostenible a largo plazo en la Universidad. Se debe considerar como una estrategia de formación de capital intelectual calificado en investigación, y desde donde pueden surgir candidatos comprometidos, idóneos, motivados y con posibilidades de iniciar una carrera académica bien sea en maestría o doctorado, cuyo resultado final sea aprovechado por la misma Universidad y por la sociedad en general (OSSA, 2001).

Para la Red Colombiana de Semilleros de Investigación – RedCOLSI-, son comunidades de aprendizaje, equipos de trabajo cuyas acciones están fundamentadas en tres ejes principales: la formación en investigación, el quehacer investigativo de corte formativo con miras a lo científico y aplicado, y el trabajo en red.

Las características generales de un programa de semillero de investigación debe estar orientado por:

Los semilleros presentan diversas estructuras de conformación. Algunos de ellos pueden ser de tipo multidisciplinario, mas la mayoría están centrados en temas específicos de un área del conocimiento. Presentamos aquí dos ejemplos:

En la Universidad del Norte, el programa de Semillero de Investigadores trabaja bajo los siguientes ejes temáticos:

En la Universidad Pontificia Bolivariana, las actividades de este proceso formativo se enfocan en:

En la RedCOLSI hay dos clases de semilleros: En formación, cuando inician actividades de formación, estudio y trabajo en red; sin embargo, no tienen proyectos de investigación. Consolidados, cuando además de la formación y el trabajo en red, ya tienen por lo menos un proyecto de investigación (OQUENDO, 2001).

Los Semilleros pueden ser disciplinares, multidisciplinares e interuniversitarios y en ellos se pueden realizar actividades académicas investigativas como:

Grupos de estudio. Se reúnen con una determinada intensidad semanal para profundizar sobre un tópico de interés.

Grupos de discusión, redactores de texto. Tienen reuniones semanales alrededor de conceptos y métodos. Construyen un texto básico donde los participantes hacen cambios y reformas que van desde una simple revisión bibliográfica hasta cambios estructurales, conceptuales y por último la construcción del texto y su publicación.

Semilleros de grupos de investigación. Sus miembros son estudiantes de pregrado vinculados a proyectos de investigación de un grupo mayor al cual pertenecen y cuentan con la asesoría de un tutor y participan en las actividades del grupo.

Para la Red COLSI, los Semilleros son entes autónomos y en esa medida no se pretende que sean institucionalizados o promovidos por moda al interior de las Universidades, por acto protocolario –cuasiobligatorio- frente a las visitas de pares académicos o para lograr su participación y visibilidad en los eventos locales, regionales o nacionales.

Otras características que menciona la Red COLSI son: en los semilleros se forman investigadores, se generan conocimientos para el mejoramiento de los sistemas, se transfiere y capacita masa crítica y se promueven escuelas de pensamiento y de formación. Se forman profesionales de mayor calidad, de mayor capacidad de integración y e interlocución, de mayor compromiso social. Se forman seres humanos con liderazgo y compromiso “consigo mismo y el otro y lo otro”. En los semilleros tienen participación docentes y estudiantes por igual, preferenciando siempre al estudiante. Se reconoce que el coordinador del semillero ha salido del consenso de los estudiantes que lo conforman y se convierte por esa vía en el delegado que los representará ante los públicos internos y externos.

A las Universidades les corresponde la formulación y definición de estrategias para el fomento, el fortalecimiento la contextualización de la investigación, de tal forma que estas actividades sean una opción de desarrollo, es por esto que la creación de los semilleros de investigación son esenciales para el impulso de una cultura de investigación en la cual, tanto docentes como estudiantes sean actores de primera línea en el desarrollo de su entorno.

Dentro de un semillero de investigación se debe encontrar: una comunicación permanente entre los integrantes del grupo. Un consenso efectivo para la toma de decisiones. El espacio para el debate de propuestas de investigación y los avances de los procesos administrativos, investigativos y financieros, entre otros. La posibilidad de socialización de los resultados de los proyectos investigativos a través de la divulgación de resultados parciales y finales en eventos locales, regionales y nacionales de corte disciplinar e investigativo. Una permanente interacción con pares y expertos en cada una de las disciplinas en que actúan. Un desarrollo de actividades adjudicadas a través de la asignación personal de responsabilidades en la planeación, diseño y ejecución de proyectos de formación, investigación y trabajo en red.

Es de esperar que los semilleros de investigación estén articulados con las líneas de investigación ya establecidas por los programas y facultades; así mismo podrán moverse bajo sus propias líneas de investigación. Y que se vinculen (en la medida de las posibilidades de las instituciones) a los grupos nacientes, registrados y reconocidos -consolidados- de investigación existentes en cada institución.

Todas estas actividades tienen posibilidades de llevarse a cabo una vez que se tiene un grupo de estudiantes y por lo menos un docente investigador interesados en la creación de un semillero. Pero, a este punto no se llega por casualidad, algunas acciones previas permiten abonar el camino de éxito de un semillero de investigación:

La importancia de los semilleros de investigación radica en los siguientes factores:

Estímulos a los investigadores

El Ministerio de Educación Nacional en Decreto 1742 de Agosto de 1994, creó los estímulos para los investigadores que serían otorgados por Colciencias y de acuerdo a la clasificación del investigador, resultado de un proceso de convocatoria y selección de candidatos. En el artículo cuarto de este Decreto, se tienen establecidas las categorías (de A hasta D) en dónde se evalúan, el prestigio en el ámbito académico, el liderazgo entre sus colaboradores, la producción académica y científica representada en publicaciones internacionales o desarrollo de producciones innovadoras útiles y patentables. Otros criterios son: la calidad de la producción científica, la contribución a la formación de otros investigadores, esfuerzos y dedicación en la conformación de grupos y redes de investigación, impacto social de su actividad, el plan de trabajo a realizar en el periodo analizado.

Algunos programas de estímulo a investigadores, desde las Universidades, está fundamentado en un tabla clasificatoria mediante la cual se calcula el número de puntos que corresponden a la productividad de cada investigador. También se considera estímulo a la investigación, la cesión de espacios físicos y elementos básicos de trabajo para el desarrollo de las actividades de los diferentes grupos; la simplificación de los procesos burocráticos para la administración y ejecución de los proyectos, entre convocatorias, presupuestos (y su apropiación o gasto) e informes finales; la inclusión de asistentes o auxiliares de investigación contemplados en el presupuesto o vinculados como jóvenes investigadores, además de recursos financieros para llevar a cabo los proyectos.

A pesar de esto, los investigadores nacionales aún están al margen de los programas nacionales de apoyo y en la Universidades todavía se tiende a menospreciar el tiempo y el esfuerzo que estos dedican a las labores investigativas, cuentan con pocos o nimios recursos para adelantar sus proyectos, el reconocimiento social es mínimo para reconocer un gran esfuerzo personal e intelectual de formación. Sus salarios apenas son similares a los rangos de ejecutivos menores o medios de cualquier sector, esto los hace fuertemente vulnerables a la “fuga de cerebros” tanto entre Instituciones locales, como a Universidades extranjeras que buscan atraer a los mejores investigadores de países tercermundistas.

Estímulos a estudiantes investigadores

Una de las principales tareas a realizar en la Universidad es la de buscar, incentivar, apoyar y estimular a los jóvenes estudiantes con talento académico, que permitan mantener el potencial científico e intelectual del país. Para afrontar este reto, desde las Universidades, se considera que se requiere de condiciones favorables para preparar e instruir a los futuros docentes e investigadores. Uno de estos mecanismos es el estímulo de los jóvenes estudiantes hacia la investigación.

En los planes de desarrollo de las Universidades debe estar contemplada la identificación de las actividades investigativas que pueden ser realizadas por los estudiantes y que permita incentivar su activa y voluntaria participación en éstas. En este sentido, es fundamental el establecimiento de estímulos, tanto académicos como de otra índole (pueden ser reconocimientos, publicaciones con investigadores reconocidos, pertenencia a grupos registrados o consolidados, pertenencia a semilleros de investigación, ponencias en encuentros de investigación, participación en redes interuniversitarias, becas, asistencia a cursos de capacitación, asistencia a congresos y seminarios, entre otras) y la creación de condiciones para hacer del proceso de enseñanza – investigación un proceso efectivo de formación profesional del estudiante.

La consolidación de los semilleros de investigación es la estrategia más utilizada, pero no es la única posible. Permitir la inclusión de estudiantes de los primeros niveles en procesos investigativos adelantados por Investigadores inscritos en grupo formales, favorecerá el desarrollo intelectual, desde múltiples perspectivas, del proceso educativo y formativo del estudiante. Como resultado de esto el estudiante al terminar sus estudios contará, además de una mención de su experiencia investigativa en su curriculum, con una serie de conocimientos y habilidades destacados y diferenciadores frente a sus compañeros egresados.

Conclusiones

La normatividad a nivel nacional e institucional debe permitir y favorecer un cambio del paradigma actual (en el cual hay Universidades centradas en las actividades de sus Facultades, Escuelas y Departamentos, las cuales no se transforman a la velocidad que el entorno lo exige, con poca flexibilidad y capacidad de cambio y adaptación) a uno que promueva una nueva Universidad con nuevos modelos pedagógicos, de generación y gestión del conocimiento, con estructuras en redes y grupos de investigación consolidados.

Las Universidades en sus planes de desarrollo deben incluir, orientar e impulsar la investigación básica y aplicada, el desarrollar maestrías y doctorados con el fin de incrementar el número de docentes investigadores que estén en permanente generación de conocimiento, fortaleciendo el pregrado; creando y vinculando estudiantes en semilleros o en programas de jóvenes investigadores, facilitando la participación de estos en los grupos de investigación como parte de sus prácticas profesionales.

Todo esto permitiría sugerir que las Universidades están precisadas a crear mecanismos que permitan el aprovechamiento por parte de su entorno, de los resultados a obtener por parte de estos grupos de investigación. La relación Universidad – Empresa – Estado, es fundamental en la construcción de una nueva sociedad. Las Universidades asimismo deben crear un ambiente propicio en el cual la investigación sea acogida, protegida y apoyada, mediante políticas claras, vanguardistas y que estén acordes con las nuevas corrientes del mundo actual.

 

Notas:

(2) Proyecto de Acuerdo 115 de 2002. Concejo de Bogotá D.C. Secretaría General de la Alcaldía Mayor.

(3) Informe de la Misión de Sabios. Colombia: Al filo de la oportunidad. Misión Ciencia, Educación y Desarrollo. Tomo 1. Presidencia de la República. 1996.

 

Bibliografía

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* Juan Pablo Arrubla Zapata