Por:
Elkin Darío Rave Gómez *
Resumen
El gran acontecimiento económico y político de la segunda mitad del siglo XX fue la Guerra Fría. Con su caída desaparece la URSS y con ella se desvanece el aliciente número uno para los grupos de liberación nacional que perseguían soltar las ataduras del imperio norteamericano y hacer realidad el sueño de una sociedad igualitaria llena de romanticismo planteada por el socialismo. Pero el nuevo siglo trae consigo el resurgimiento de la nueva izquierda en la región en búsqueda de los mismos ideales, con renovados líderes como Chávez, Morales y Correa. Lo anterior no sería importante sino es porque Colombia hoy se encuentra sitiada de ideologías socialistas, propuestas antiimperialistas, que quieren cambiar la relación de poder y crear un nuevo patrón económico y político en la subregión. No podemos ser ajenos a esta situación, el mayor impulsor de las ideas del nuevo socialismo del siglo XXI es el presidente Venezolano, país hermano con el cuál tenemos estrechos vínculos económicos que trascienden de forma importante para los dos países. Por lo anterior, en los últimos años, la República Bolivariana de Venezuela se ha convertido para Colombia en un mal vecino, pero necesario.
Palabras claves:
Guerra Fría, comercio, frontera, Colombia, Venezuela.
Abstract
The economic and political great event of the second half of the XX century was the Cold War. With its fall the USSR disappears and with her the number one incentive for national liberation groups that pursued to lose the ties from the North American empire and to acomplish the dream of a fair society filled of romanticism outlined by socialism. But the new century brings the resurgence of the new “far-left movements” in the region in search of the same ideals, with renovated leaders like Chávez, Morales and Correa. The above-mentioned would not be important but it is because Colombia today is besieged by socialist ideologies and anti-imperialist proposals that inquire to change the power ratio and to create a new economic and political pattern in the region. We cannot be unaware of this situation, the biggest instigator of ideas of the XXI century new socialism is the Venezuelan president, country brother which we have economic narrow bonds with that transcend in an important way for the two countries. Due to the above-mentioned, in the past few years the “República Bolivariana de Venezuela” has become a bad neighbor for Colombia, but a necessary one.
Keywords:
Cold War, trade, frontier, Colombia, Venezuela.
En el curso del siglo XX el mundo asistió a una de las mayores catástrofes de las que haya sido testigo la humanidad: las dos guerras mundiales. Pero fue hasta el año 1945 cuando se marca el fin de la Segunda Guerra Mundial y el comienzo de una nueva confrontación, no bélica, entre dos grandes superpotencias (La URSS y Estados Unidos): la denominada Guerra Fría.
La Guerra Fría fue un periodo en el cual se planteó el desafío planetario del socialismo al capitalismo liberal del siglo XIX. El socialismo, liderado por la URSS, potencia fortalecida por su triunfo en la segunda Guerra Mundial y en búsqueda de imponer en el globo las ideas económicas de la planificación central. El capitalismo, liderado por Estados Unidos, buscando la hegemonía de la economía del libre mercado, que permitiera derrotar a la economía planificada. El mejor planteamiento sobre lo acontecido en la segunda mitad del siglo XX, la tiene Francisco Javier Peña (Peña, 1997, 206) quien citando al historiador norteamericano Robert W. Tucker, escribe sobre la Guerra Fría:
“La causa principal de la Guerra Fría fue el duopolio esencial del poder fruto de la Segunda Guerra Mundial, un duopolio que, de forma bastante natural, llevó a la ocupación de un vacío (Europa), que antes había sido el centro del sistema internacional y cuyo control confería a su poseedor una gran ventaja de poder, quizá decisiva. Lo que dio al conflicto resultante su particular intensidad fue la profunda brecha ideológica que separaba la Unión Soviética de Estados unidos. Pero la raíz del conflicto se encontraba en las circunstancias estructurales que caracterizaban al sistema internacional al final de la Segunda Guerra Mundial”
El mundo heredó de la Guerra Fría una fuerte influencia geopolítica y económica. En primer lugar, en el transcurso del bipolarismo (2) las guerras libradas en territorios externos a las potencias lideres de cada bloque (guerra de las Coreas, Vietnam) se convirtieron en un paralelismo de medición de fuerzas y apoyos directos e indirectos para los contendientes involucrados. En segundo lugar, la defensa de un modelo económico exitoso, en su momento, hacía carrera para demostrarle a la contraparte y a los países de la periferia, aliados a cada bloque, quién había hecho la elección correcta. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos de cada superpotencia por demostrar las bondades de sus políticas económicas, no se puede desconocer que, finalizada la segunda Guerra Mundial, la economía del mundo creció a un ritmo extraordinario durante unos 25 0 30 años (edad de oro) trayendo consigo colosales transformaciones económicas y sociales que derivaron grandes cambios y avances en la humanidad. Este crecimiento de la economía mundial no fue estrictamente inherente a las ideas económicas implementadas en cada bloque; no obstante, cada potencia se concentraba en publicitar al mundo que eran sus ideas (El laissez faire (3) para los Estados Unidos y la planificación central para URSS) las que generaban los triunfos y el progreso económico que disfrutaba la orbe en el instante.
Para Latinoamérica, la influencia de la guerra fría fue ejercida por Estados Unidos, convirtiéndose en el núcleo central del poder, que dictó los parámetros económicos, políticos, militares, sociales y culturales. En lo económico, por ejemplo, y pasada la negociación y aplicación de la perestroika (a comienzos de los años 90) John Williamson en consenso con los organismos multilaterales como el FMI y grupo BM, con el congreso norteamericano, la academia y un grupo de intelectuales, entre otros, definieron un decálogo que plantea el recetario, que según ellos, debían aplicar las economías de la región para acelerar su crecimiento y posterior desarrollo económico, este consenso fue denominado el consenso de Washington (4).
Las medidas adoptadas por la potencia norteamericana durante la Guerra y la Postguerra Fría, generó malestar en determinados grupos de población en la región (Intelectuales, políticos, estudiantes, sindicatos, entre otros) alimentando el nacimiento de nacionalismos radicales en algunos casos, y entregando “argumentos” antiimperialistas para prolongar sus luchas, en otros.
La Guerra Fría fue el escenario perfecto para el surgimiento y consolidación de grupos radicales de izquierda, en Colombia y en la región. En este sentido, el filósofo Alfonso Monsalve plantea lo sucedido en Colombia (Monsalve, 2005, 73).
“La Guerra Fría cruza la historia de la relación del Estado colombiano con la insurgencia, ya desde el gobierno de presidente Mariano Ospina. Por un lado, la contención del movimiento comunista internacional, como política de los Estados Unidos; y por el otro, el avance de dicho movimiento, que orbitaba en torno a la Unión Soviética, con la doctrina de los movimientos de liberación nacional, impulsados por los partidos comunistas pro soviéticos, y luego del triunfo de la Revolución Cubana, por otros movimientos afines a ésta, que se convirtió en el bastión latinoamericano de la superpotencia socialista”.
El movimiento comunista internacional (motivado por la revolución China y en el caso colombiano ayudado por la exclusión política del Frente Nacional (5)), el surgimiento de grupos insurgentes, y en época más recientes; las líneas de pobreza y miseria en las ciudades latinoamericanas, la creciente explotación de los recursos domésticos por parte de las empresas transnacionales, los altos índices de corrupción en los políticos locales, entre muchos otros, actuaron como el insumo del cual se derivaron dos líneas de pensamiento opuestas en los países latinoamericanos. De un lado, estaban los que pensaban que se debía preservar la democracia y la institucionalidad en los países de la región, luchando por derrotar la insurgencia, siguiendo y aplicando las directrices de Estados Unidos. Por el otro, estaban los grupos nacionalistas, intelectuales de la izquierda, grupos de insurgencia, sindicalistas, entre otros, que buscaban cambiar la forma tradicional de hacer política, eliminar de raíz los gobiernos corruptos y aplicar políticas económicas socialistas o de tercera vía que reivindicaran los derechos económicos y sociales de la sociedad. En tales casos -desde la izquierda radical o la ultraderecha- en varios países, la dictadura fue la solución.
En este sentido, algunos de los países de la región viven épocas de crisis en sus democracias y cruentas dictaduras; Colombia y Venezuela, naciones en las cuales se concentra este análisis, viven situaciones enmarcadas dentro de la situación regional, pero con destinos y resultados un poco diferentes.
En el caso de Colombia, ella es catalogada como una de las democracias más antiguas y estables del continente; sólo ha vivido una mini dictadura durante el gobierno del General Rojas Pinilla, entre junio 13 de 1953 y mayo 10 de 1957, y continúa la Junta Militar de mayo 10 de 1957 al 07 de agosto de 1958. Venezuela, por el contrario, ha sufrido varias dictaduras, pero para objeto de este escrito sólo quiero mencionar el escenario vivido al posterior intento de golpe de Estado del entonces militar del ejército venezolano Hugo Chávez.
Para el año 1992, el teniente Coronel Hugo Rafael Chávez Frías en compañía de otros militares, conspiran en una intentona golpista contra el gobierno del Presidente Carlos Andrés Pérez; ante su intento fallido, Chávez lanza su candidatura a la presidencia venezolana en el año 1998, y “fue electo el 06 de diciembre de este mismo año con una votación del 56.4% del total de los votos. Hugo Chávez Frías, último presidente del siglo XX y primero del nuevo siglo”(6).
Una vez en el poder, el presidente venezolano mediante referendo se gana el derecho a convocar una Asamblea Constituyente para cambiar la constitución y dejar por escrito las pautas de los ambiciosos proyectos expansionistas. Para los intereses colombianos, es sumamente grave y preocupante que el artículo 10 de la nueva carta magna de los venezolanos deja ver una amenaza flagrante a la soberanía nacional. A continuación el artículo mencionado, tomado de la constitución política de la República Bolivariana de Venezuela (7) aprobada el año 1999:
“Artículo 10°.
El territorio y demás espacios geográficos de la República son los que correspondían a la Capitanía General de Venezuela antes de la transformación política iniciada el 19 de abril de 1810, con las modificaciones resultantes de los tratados y laudos arbitrales no viciados de nulidad”.
Si bien es cierto que el tema de la frontera entre Colombia y Venezuela en la actualidad no es objeto de las tensiones fronterizas observadas en los últimos años, si es verdad que se trata de una cuestión que merece toda la atención y especial análisis de parte de las autoridades políticas nacionales. Para los venezolanos el tema de la pérdida de territorio frente a Colombia y frente a otras naciones, es tema central y objeto de atención y compromiso de la reinante administración. El politólogo colombiano José Luis Cadena (8), en su informe
“Geografía política: Tensión en las fronteras de Colombia como efecto de su conflicto interno” manifiesta frente a la situación de la franja fronteriza con los hermanos venezolanos (Cadena, 2007, 105):
“Los problemas fronterizos entre Venezuela y Colombia se iniciaron inmediatamente después de haberse consumado la desintegración de la Gran Colombia, cuyo proceso histórico va desde el año 1833 hasta el año 1941 lapso en el que se firmaron tratados de amistad, alianza comercial, límites y navegación entre los presidentes de Venezuela y Colombia. A raíz de la firma de los mismos comenzaron a surgir descontentos en la zona fronteriza por parte de los dos países, provenientes de la demarcación de fronteras, debido a que en estos convenios según algunos venezolanos, su país estaba perdiendo la soberanía que tenía en importantes áreas en la península de la Guajira, en el Zulia y en el Táchira. Todas estas discrepancias fueron dirimidas mediante el Tratado de Límites entre Venezuela y Colombia, firmado el 05 de abril de 1941. No obstante la firma de ese Tratado, en las últimas décadas han surgido nuevos problemas, los cuales pueden clasificarse fundamentalmente en tres aspectos: geográficos, socioeconómicos, político-culturales”.
En Colombia, el polémico artículo de la nueva constitución venezolana no ha generado eco suficiente en los últimos dos gobiernos, ni en el pasado (año 1999- 2002) ni en el actual (año 2002-2008). No es intrascendente el tema, nuestros mandatarios no lo han abordado con la seriedad suficiente; para otros países, esto sería una declaratoria de guerra; para nuestro país, en cambio, ha pasado desapercibido. Sólo en el último año, a propósito de las amenazas y despliegue militar del ejército venezolano a la frontera, surge el tema como uno de los objetos centrales del análisis en las relaciones bilaterales. Colombia, mediante su cancillería, necesita sentar posición en el caso, dejar claro y de forma contundente, que estamos dispuestos a hacer respetar los tratados internacionales y con ellos la soberanía nacional. Es cuestión de tiempo, pero si está escrito en la constitución venezolana en algún momento de la historia, ellos, los hermanos Bolivarianos, querrán cumplir con el mandato constitucional.
No obstante a las dificultades presentadas en las relaciones bilaterales entre ambas naciones, en particular, después de la llegada del presidente Chávez al poder, el vínculo entre los dos países es supremamente estrecho; la frontera, la población, la economía, son factores que hablan de la necesidad de activar los canales diplomáticos para mantener y mejorar las relaciones con el hermano país.
Colombia y Venezuela son dos países hermanos, unidos en la historia por su lucha conjunta de liberación y, en la era moderna, unidos por innumerables actos difíciles de resumir, pero con dos componentes claves y comunes: la frontera y la riqueza productiva de uno y otro, que bien podríamos sintetizar en una palabra: el comercio.
La frontera entre Colombia y Venezuela es la más extensa de los cinco países con los cuales tenemos límites, son 2.219 kilómetros fronterizos, frente a los 1.645 kilómetros con Brasil, 1.626 kilómetros con Perú, 586 kilómetros con Ecuador y 266 kilómetros con Panamá. Según José Luis Cadena (Cadena, 2007, 102) (9): “Esta franja fronteriza se define por la extensión territorial de 2.219 kilómetros que sirve de límite entre 7 departamentos (Guajira, Norte de Santander, Santander, Boyacá, Arauca, Vaupés y Guainía) y cuarenta y tres municipios en Colombia y cuatro estados (Zulia, Táchira, Apure y Amazonas) y veinte municipios en Venezuela”.
Pero no es sólo la extensión de la frontera, de acuerdo con el registro consular del Ministerio de Relaciones Exteriores (10), “A diciembre de 2003 se encontraban registrados en los consulados colombianos en el exterior cerca de 768.722, pero se estima que son casi 4'243.208 los colombianos que viven fuera. Del total de colombianos que han decidido emigrar en los últimos años, 40% lo han hecho hacia América Latina y en Suramérica, cerca del 84% están en Venezuela”.
Según la periodista Ana Angarita (11), en reportaje para la BBC Mundo, Caracas, en julio 21 de 2006, “declara que los registros oficiales en Colombia (Ministerio de Relaciones Exteriores) señalan que en 2005 había más de 500.000 colombianos en Venezuela, pero cifras extraoficiales ponen en millones ese número”.
En el mismo reportaje, María Elvira Cabello de Vergara, la cónsul de Colombia en Venezuela, manifiesta frente a los colombianos que residen en este país: “Los colombianos mantienen el gusto por el vallenato, por las comidas: su ajiaco, su sobre barriga, butifarra, por ejemplo, y su pasión por el fútbol. Trabajan en el servicio doméstico, en el campo, son vendedores informales, son costureras, peluqueras y manicuristas, pero también hay empresarios".
La cónsul expresó que 70% de los colombianos en Venezuela vienen del Departamento del Atlántico. En su nuevo hogar en Venezuela organizan desde bazares, procesiones y misas, para preservar su identidad. Además, a través de toda una red de empresas a cargo de colombianos, envían dinero mensualmente a Colombia para ayudar económicamente a la familia que se quedó.
Como indican las declaraciones de la periodista Ana Angarita y las opiniones de la cónsul, muchos colombianos residen en Venezuela, aunque lejos de su país, han construido en paz una nueva forma de vida y no constituyen parte activa de los conflictos y amenazas que se fraguan en las opiniones ligeras de los ministros, las cancillerías, entre otros, que han creado la diplomacia del micrófono, distante del manejo que debe tener este tipo de relaciones entre dos naciones que se necesitan.
Respecto al comercio, Venezuela, después de los Estados Unidos, es el segundo socio comercial del país. Como punto de referencia para este análisis comercial se toma el año 1999. Para este año, Colombia exportaba a Venezuela 923 millones de dólares, esto es equivalente al 7,95% del total de las exportaciones nacionales que para la época ascendían a 11.617 millones de dólares, pero con la llegada del presidente Chávez al poder y gracias a los excesos de recursos provenientes de los altos precios internacionales del crudo, las ventas de productos colombianos al hermano país en los últimos 9 años se multiplicaron por cinco hasta llegar a diciembre de 2007 a la cifra record de 5.210 millones de dólares, esto se traduce en términos porcentuales en el 17,4% del total de las exportaciones colombianas.
El análisis anterior lo podríamos comparar con la situación acontecida con los Estados Unidos de Norteamérica en el mismo lapso, veamos: Los norteamericanos son el principal socio comercial de Colombia y para el año 1999 recibían exportaciones colombianas por valor de 5.616 millones de dólares, esto es el 48,34% del total de las exportaciones locales. Para diciembre del año 2007 los bienes y servicios exportados al país del norte llegaban a la cifra de 10.373 millones de dólares, el 34,59% del total exportado por nuestro país.
Como se ve, las relaciones comerciales con Venezuela en el período analizado son contundentes, entre el año 1999 y 2007 las exportaciones hacia el vecino país crecieron en un 464,4%, cifra nada despreciable enviada a un socio natural, y bienvenida para una economía como la colombiana a la que le urge una mayor dinámica en el comercio internacional para insertarse de forma exitosa en la economía global.
Con el siguiente cuadro podemos observar las cifras del comercio entre Colombia y Venezuela y compararlas con los demás socios comerciales.
Colombia, destino de las exportaciones 1999 - 2008* | ||||||||||
Destino |
1999 |
2000 |
2001 |
2002 |
2003 |
2004 |
2005 |
2006 |
2007 |
2008* |
Total exportaciones/1 |
11.617 |
13.158 |
12.330 |
11.975 |
13.129 |
16.788 |
21.190 |
24.391 |
29.991 |
5.668 |
Grupos comerciales de destino |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
Aladi |
2.233 |
2.958 |
3.420 |
2.962 |
2.576 |
4.218 |
5.286 |
5.828 |
8.838 |
1.588 |
Comunidad Andina de Naciones |
1.651 |
2.185 |
2.771 |
2.344 |
1.908 |
3.250 |
4.182 |
1.988 |
2.148 |
335 |
MERCOSUR |
228 |
352 |
219 |
131 |
118 |
187 |
197 |
250 |
558 |
97 |
G-3 |
1.125 |
1.538 |
2.004 |
1.439 |
1.056 |
2.153 |
2.709 |
3.283 |
5.706 |
1.018 |
ª Unión Europea |
1.994 |
1.820 |
1.755 |
1.648 |
1.914 |
2.355 |
2.819 |
3.335 |
4.362 |
786 |
Principales países de destino |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
Estados Unidos |
5.616 |
6.524 |
5.255 |
5.164 |
5.779 |
6.611 |
8.480 |
9.650 |
10.373 |
2.042 |
Venezuela |
923 |
1.308 |
1.742 |
1.127 |
696 |
1.627 |
2.098 |
2.702 |
5.210 |
928 |
Alemania |
486 |
434 |
428 |
332 |
265 |
265 |
339 |
360 |
553 |
111 |
Ecuador |
330 |
467 |
710 |
825 |
780 |
1.015 |
1.324 |
1.237 |
1.276 |
187 |
Bélgica |
284 |
224 |
210 |
241 |
228 |
290 |
368 |
369 |
389 |
91 |
Perú |
358 |
373 |
277 |
353 |
396 |
548 |
710 |
692 |
806 |
133 |
Japón |
245 |
230 |
165 |
194 |
202 |
263 |
330 |
324 |
395 |
71 |
México |
202 |
230 |
262 |
311 |
360 |
526 |
611 |
582 |
495 |
90 |
Resto de países |
3.174 |
3.368 |
3.281 |
3.428 |
4.422 |
5.642 |
6.930 |
8.475 |
10.493 |
2.014 |
Fuente: DIAN-DANE Cálculos: DANE
*Correspondiente a enero de 2008
En la publicación titulada “Relaciones Comerciales entre Colombia y Venezuela” publicada por la Oficina de Estudios Económicos (OEE) del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, en el mes de Noviembre del año 2007 (12), se plantea que “durante lo corrido de la presente década la balanza comercial bilateral ha sido favorable a Colombia, con una tendencia superavitaria creciente. A partir del 2004, el fuerte incremento de la demanda interna de Venezuela (crecimientos anuales superiores al 20%, según informa la OEE) fue uno de los motores del aumento de las exportaciones colombianas al vecino país; entre el 2000-2006, las ventas colombianas a Venezuela crecieron a un ritmo del 12,9% mientras que las importaciones desde este país lo hicieron en el 8.1%”.
El mayor ritmo de crecimiento de las exportaciones hacia Venezuela se ha presentado durante el año 2007, al pasar de exportar 2.702 millones de dólares en el año 2006 a 5.210 millones en el 2007, lo que representa un crecimiento de un año a otro superior al 90%. Por el lado de las importaciones la situación es diferente; para el año 2007 se observó un decrecimiento de las importaciones en relación al 2006, al pasar de importar 1.498 millones de dólares para el 2006 a 1.366 millones para el 2007, significando una caída del 8,79%.
Durante 2007 se registró un superávit con Venezuela de US$ 3.906,0 millones de dólares FOB(13), según indican los informes publicados por el Dane.
El siguiente gráfico expone la balanza comercial entre Colombia y Venezuela para los últimos tres años.
En el estudio realizado por la Oficina de Estudios Económicos (OEE) (14) del Ministerio de Comercio, sobre el comercio entre Colombia y Venezuela, se identifican las principales exportaciones efectuadas por Colombia a Venezuela, estas son: “Las del sector automotor (particularmente vehículos para el transporte de personas y camperos 4x4), las del sector agropecuario (en los últimos años sobresale la dinámica de la carne, los bovinos en pie y los fríjoles secos) y las confecciones (vestidos de baño y pantalones para mujer). Entre las principales importaciones desde Venezuela se destacaron las de la industria química -como el Propeno y dodecilbenceno (utilizado entre otros para la fabricación de detergentes)-, automotores y productos de la siderurgia -como laminados, alambrón, etc.-”.
Es evidente que el vínculo entre Colombia y Venezuela es estrecho; no es sólo la frontera, los emigrantes hacia uno y otro país, el comercio entre ambos; es además una historia unida por distintos lazos desde la conquista e independencia y muchísimos otros temas que no son objeto de este análisis; por todo ello, y a pesar de los improperios del presidente venezolano para el presidente Uribe, a pesar de su intromisión en los asuntos internos de Colombia, su simpatía por los grupos terroristas que operan en el territorio nacional, sus aspiraciones expansionistas, entre otras; Venezuela, nuestro vecino, se ha convertido en un mal necesario. Con lo anterior no quiero decir que Colombia debe bajar la cabeza frente a las posturas de Chávez, todo lo contrario, debemos hacer respetar nuestro territorio y la soberanía nacional a como dé lugar, pero a la vez, parafraseando a Chávez, cuando en uno de sus discursos de “Aló presidente” dijo que la economía y el comercio son otra cosa; es apremiante para nuestro país, conservar, nutrir y profundizar las relaciones empresariales y comerciales entre las dos naciones.
Las conclusiones de este escrito saltan a la vista.
En primer lugar, Colombia no puede romper relaciones comerciales con la República Bolivariana de Venezuela. Tardaríamos años en conquistar nuevos mercados que nos permitan reemplazar el mercado venezolano que hoy sobrepasa los cinco mil millones de dólares por año. El costo de oportunidad para los empresarios y para la economía en general, medido en plazas de trabajo es demasiado alto y peligroso, riesgo que Colombia no debe ni siquiera considerar.
Lo primero nos lleva a lo segundo. Los esfuerzos de la actual administración en términos de nuevos acuerdos comerciales no son suficientes, tenemos demasiados planes y negociaciones, pero pocas ratificaciones, necesitamos mayores resultados en este aspecto, las exportaciones crecen, pero podrían crecer más si Colombia alcanzara mejores resultados en su agenda externa en comercio internacional.
Lo tercero es esencial para lograr los dos numerales anteriores. La diplomacia. Las buenas relaciones exteriores con las naciones del planeta son la puerta de entrada a un gran mercado. En mi opinión, la cancillería colombiana no hace bien su tarea, no muestra contundencia en la defensa de nuestros intereses ante el mundo, no ha logrado transferir de forma convincente la otra imagen que hoy tiene Colombia; lejos del terror, de la violación de los derechos humanos, luchando contra la corrupción, contra los grupos terroristas, entre otros; con frecuencia se siente un vacío y ausencia de liderazgo de la cancillería colombiana frente al planeta, necesitamos cambiar y el cambio es ahora.
Necesitamos establecer con nuestros aliados del mundo un trato de amistad y de respeto mutuo, de apoyo político; uno y otro son tareas de la cancillería; sin estos, el camino que debe recorrer el comercio estará lleno de obstáculos y no será expedito. Primero la amistad basada en el respeto, después los negocios.
Notas:
(2) Nombre con el cual también se denominaba a la Guerra Fría. Este nombre se debe a que el poder en el globo estaba concentrado en dos grandes bloques, Estados Unidos y la URSS.
(3) Expresión en francés que traduce “dejar hacer, dejar pasar” haciendo referencia a la libertad plena de mercado.
(4) El consenso consistió en formular un listado de medidas de política económica (diez) que serviría para orientar a los gobiernos de países en desarrollo, especialmente los latinoamericanos y a los organismos internacionales (FMI, BM) a la hora de valorar los avances en materia económica de los países en vía de industrialización (países pobres) que pedían auxilio a los países industrializados (países ricos).
(5) Periodo de la vida política de Colombia en la cual los conservadores y liberales se alternaban el poder y la presidencia de la república, cuatro años los liberales y cuatro años los conservadores. Se presenta en dos etapas, el frente nacional que va del año 1958 a 1974 y el cuasi frente nacional que transcurre entre 1974 y 1986. En este lapso de tiempo ambos partidos se compartían por mitad los cargos administrativos y políticos más importantes del país.
(6) Consulta realizada en la página Web del gobierno en línea de la República Bolivariana de Venezuela para conocer con precisión el porcentaje de la votación con la cuál fue electo el residente Chávez en diciembre del año 1998. (www.gobiernoenlinea.ve/venezuela/ejecutivo.html).
(7) Ibid.
(8) Geografía Política: Tensión en las fronteras de Colombia como efecto de su conflicto interno. José Luis Cadena Montenegro. Geógrafo y Politólogo colombiano, Profesional en Ciencias Militares. Magíster en Ciencia Política, Universidad de los Andes; Magíster en Planeación Socioeconómica, Universidad Santo Tomás; Magíster en Geografía y Ordenamiento Territorial, convenio UPTC-IGAC. Doctor en Geografía, Universidad Nacional Autónoma de México, especialidad en Geopolítica. Presidente de la Asociación Colombiana de Geógrafos (ACOGE), Miembro de la Asociación de Historiadores de la Ciencia y la Humanidades, México, Miembro del Instituto de Política y Democracia, Brasil, Consultor internacional en Defensa y Seguridad. Ensayo escrito y revisado en septiembre de 2.007. Artículo publicado en la revista de relaciones internacionales, estrategia y seguridad octubre de 2007.
(9) Ibid., p. 102
(10) Consulta sobre el número de colombianos que residen fuera del país y en particular, los que residen en Venezuela. http://www.minrelext.gov.co/wps/portal/colnosune
(11) http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/specials/newsid_5202000/5202554.stm.
(12) Relaciones Comerciales entre Colombia y Venezuela publicada por la Oficina de Estudios Económicos (OEE) del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, en el mes de Noviembre del año 2007. P. 4
(13) FRANCO A BORDO. (Free on Board) (puerto de carga convenido). Término de comercio internacional. El vendedor cumple su responsabilidad de entregar la mercancía hasta cuando ésta sobrepasa la borda del buque, en el puerto de embarque convenido y sin el pago del flete. El vendedor está obligado a despachar la mercancía en aduana de exportación. Este término solo puede usarse para transporte por mar o por vías navegables interiores (definición tomada de proexport). www.proexport.com.co
(14) Relaciones Comerciales entre Colombia y Venezuela publicada por la Oficina de Estudios Económicos (OEE) del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, en el mes de Noviembre del año 2007. P. 6 y 7
PEÑAS, Francisco Javier. Occidentalización, fin de la Guerra Fría y relaciones internacionales. 1ª edición. Madrid: Alianza Editorial, S.A., 1997. 379 P.
MONSALVE SOLORZANO, Alfonso. Legitimidad y soberanía en Colombia 1958 – 2003. 1ª edición. Medellín: Editorial Universidad Pontificia Bolivariana, 2004. 450 p. Serie Estudios Políticos.
HOBSBAWM, Eric. Historia del Sigo XX 1914 – 1991- 1ª edición. Crítica (Grijalbo Mondadori, S.A.), Aragó, 385, 08013 Barcelona, 1995, 614 p.
FRANCOIS REVEL, Jean. La gran mascarda: Ensayo sobre la supervivencia de la utopía socialista. 3ª edición. Madrid: Grupo Santillana de Ediciones, S.A., (TAURUS) 2001. 319 p.
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* Elkin Darío Rave Gómez