La siguientes anotaciones corresponden a algunos apartes de la entrevista realizada al Doctor Antonio Mazo Mejía, fundador y Rector de CEIPA
"Veo a CEIPA en esos tres frentes: muy reconocido por la virtualidad y el desarrollo tecnológico, por la calidad de sus productos y su academia en la administración y gran asesor y acompañante de otras instituciones de educación superior".
En este aspecto ha evolucionado muchísimo la Institución, el mayor logro que la ubica en el siglo XXI es la educación virtual porque ha desarrollado un propio modelo para la misma, a diferencia de la mayoría de las demás instituciones que se limitan a llevar materiales a la web, tal cual, CEIPA ha desarrollado un modelo pedagógico para la virtualidad con el uso de un lenguaje apto para la web, lo cual está muy relacionado con las exigencias del autoaprendizaje, énfasis que debe hacerse en la virtualidad.
Las asesorías prestadas a Universidades del exterior tales como las de Costa Rica y Panamá, entre otras, a las cuales se atiende en sus programas virtuales, ha fortalecido la relación internacional, y ha ampliado las fronteras con el resultado de una imagen más global.
"La empresa empezó a hablar de globalización, aquí en CEIPA. Hace dos años, se habla de la transnacionalización de la universidad, como un fenómeno nuevo que se da en la institución universitaria y eso lo podemos ver en cosas tan sencillas como la oferta de instituciones extranjeras en nuestro país, pero siempre estamos a la espera de quien nos conquiste. Nosotros aquí en CEIPA nos estamos preparando para "ir a conquistar" y nuestra estrategia es la educación virtual. Gracias a eso tenemos convenios con la Universidad Oberta de Catalunya de España, hacemos parte de la RUVI, Red de Universidades Virtuales de Iberoamérica, conformada por universidades de Argentina, España y CEIPA que tiene la plataforma tecnológica de la UOC. Luego hicimos un convenio con la Escuela de Administración de Empresas de Barcelona para la doble titulación en especializaciones.
Esta es otra forma de transnacionalización, de tal manera que al respecto, puede decirse que CEIPA es pionero en el país"
Nombre con el cual se fundó la Institución: se optó por llamarla así, porque todo lo que oliera a universidad era vulnerable políticamente por la obsesión del momento de
penetrar las universidades. El calificativo de "universitario" en el nombre de las instituciones, no era procedente. Cabe mencionar las instituciones que surgieron en esta época: el Politécnico Colombiano Jaime Isaza Cadavid, la Escuela de Administración Finanzas y Tecnología - EAFIT, la Escuela Colombiana de Mercadotecnia - ESCOLME y la Escuela Superior de Mercadotecnia - ESUMER.
Hoy se denomina, CEIPA Institución Universitaria, con el eslogan de "La Universidad de la Empresa".
Comenzaron cuatro docentes, entre los cuales se incluía a su Rector - fundador, todos de cátedra, quienes además se desempeñaban en otras funciones fuera de la Institución.
En ese entonces ya había mucha empresa en la ciudad: el Grupo Empresarial Antioqueño, empresas de mucha pujanza, Empresas Públicas de Medellín, Coltejer, Fabricato, Tejicondor, Indulana, Everfit, Peldar, Vicuña, Tejicondor, Noel, Haceb, Nacional de Chocolates y la Colombiana de Tabacos, muy importante en ese momento.
Relación empresa-academia en los años setenta Por estos años funcionaba un grupo de trabajo informal que se llamaba Empresa - Universidad, constituido por algunos jefes de personal de las empresas y representantes de las universidades. En reuniones periódicas se hablaba de lo que estaba haciendo cada uno, se evaluaban las experiencias, se decía qué podían ofrecer las instituciones y por otro lado las empresas. Era un grupo de trabajo sin formalismos, así comenzó el acercamiento de CEIPA a la empresa. Una situación favorecedora de estas relaciones fue la población de la jornada de la noche, que siempre ha sido mayor que la del día, estaba ya vinculada laboralmente, por ejemplo y entre otras, estaban el Banco de la República, el BIC, hoy Bancolombia, el Banco Comercial Antioqueño, hoy Santander y también gente de las Empresas Públicas.
La primera empresa que apoyó estudios en CEIPA con la financiación de matrículas para sus empleados fue el Banco de la República, lo hacía con la condición de que si el estudiante no ganaba el semestre le tenía que pagar al banco, realmente, era un préstamo condenable contra la aprobación del semestre.
Cuando CEIPA llevaba sólo tres semestres, comenzó la empresa a pedir el primer candidato para un puesto, lo cual significó un gran logro, porque todavía no había egresados. Así comenzó una relación con la empresa que ha sido muy buena y hoy en día muy importante.
Trabajar frente a las necesidades de la empresa ha sido una vocación y una decisión de la Institución desde su fundación y en los últimos cuatro años, la orientación de ser una unidad de apoyo, con un direccionamiento específico a la formación, capacitación, consultoría y asesoría, con gran éxito. En los inicios se hablaba mucho de la formación para el desarrollo, no concretamente para la empresa, pero lógico, la empresa es uno de los motores de éste. Si revisamos la literatura de CEIPA, en las alocuciones del señor Rector en los discursos de grado se encuentra esa temática de compromiso con el desarrollo y la potenciación del ser humano para el mismo a través de la educación.
La Unidad de Desarrollo Empresarial en la empresa: con grandes logros "Educación a la medida". En lugar de preparar un portafolio de cursos y diplomados para ofrecerle a las empresas, la UDE va a las empresas, o las empresas vienen a ésta y de acuerdo con sus necesidades se les da la respuesta concreta. 46 empresas y 3.600 alumnos han pasado en estos momentos por la UDE, el doble de CEIPA presencial que va por los 1.800.
En los archivos de CEIPA, reposan algunos escritos publicados por los periódicos locales en los que el Doctor Antonio Mazo Mejía, plasmó su pensamiento y su visión de futuro acerca de lo que debe ser la universidad. De uno de estos escritos del periódico El Colombiano, fechado 22 de octubre de 1972, con el título de La Universidad y la Filosofía se retomaron algunos aportes que aún son vigentes no sólo para CEIPA sino para cualquier universidad de hoy.
Esta debe ser en el presente y en el futuro una de las funciones fundamentales. En el cumplimiento de ella cabe una renovación. Cita el doctor Mazo textualmente a René Maheu, director de la UNESCO en aquella época: "La cultura no sólo es el culto del pasado. También es fundamentalmente, a partir de este pasado, el impulso de un dinamismo creador y apasionado a la búsqueda de otros horizontes. La cultura es, tanto la experiencia vivida de los valores recibidos o vueltos a encontrar, como esencialmente el esfuerzo por buscar o por crear, con la ayuda de estos valores, un nuevo destino".
Es una función esencial de la universidad. Ella debe tener los mejores científicos y los mejores laboratorios si va a cumplir la función de formar profesionales actualizados en los diferentes campos del saber. Mal podría responder a las necesidades de hoy y de mañana un centro docente que se quedó en el ayer...
...A nadie se le oculta el valor de la investigación como mecanismo para superar la dependencia económica, técnica, y cultural, una de las tantas causas del subdesarrollo.
..la universidad quedaría menguada en su esencia si se dedicase únicamente a ser crítica. Esto no significa que no deba tener una función crítica. Debe tenerla porque es la llamada a regir el pensamiento de los pueblos y a preparar sus frutos regentes; porque la nota que le da su razón de ser es precisamente una institución que busca la verdad; y la búsqueda de la verdad tiene que ser inevitablemente crítica. Por eso la universidad está revestida de la autonomía moral, que es precisamente la capacidad de conceptuar sobre los diferentes campos del saber y del obrar, por encima de los compromisos políticos, filosóficos o religiosos. Función ésta, la más difícil y la más noble, máxime si se concibe la verdad" como un pensamiento resueltamente insertado en la historia y comprometido con un mundo: en el que se confunden el ser y el hacer".
Este compromiso de la universidad con el desarrollo, como la función crítica de la misma es una tarea dificilísima por los riesgos políticos que conlleva. Pero así como en la función crítica, el único compromiso de la universidad es con la verdad, en esto del desarrollo, su único compromiso es con el hombre. Una cita de Maheu nos ayudará a despejar los temores: "La universidad no tiene nada que temer, por la fidelidad que se debe a sí misma y a su elevada y libre tradición de investigación y enseñanza desinteresada, de una inserción sin reservas en el presente. La preocupación por los problemas y las tareas actuales de la humanidad y la servidumbre que éstos implican, no son nada contrarios a su auténtica vocación. En efecto, ¿Qué es el espíritu, qué es el hombre eterno, qué son los valores si no se encarnan en el destino real de los hombres?
Creo que es a partir de estas funciones de donde se debe reestructurar la filosofía de la universidad contemporánea. Quedan otras implícitas en los anteriores, pero que por su importancia bien merecen explicitarse en una reflexión más profunda, tale como la de servir de vínculo de fraternidad universal, y la de ser factor y garantía de paz.
Si no está aún totalmente elaborada una filosofía de la universidad, si está claro el papel que debe jugar la filosofía en ella, aunque no se tenga muy definida la metodología que deba emplearse.
La misión de la filosofía en la universidad es sin duda alguna la de dar a todos los profesionales una formación humanística. Alberto Mendoza presenta sobre el particular un ideario que creo merece tenerse en cuenta. "El relativismo axiológico de la ciencia exige claridad ética en el científico. Pero mayor claridad exige en lo político.
La ciencia puede ser usada, y en efecto se usa, para el progreso. Pero también para la construcción, la manipulación del hombre para el hombre.
Es raro que un científico haga uso destructivo de sus descubrimientos. Son los políticos los que toman esta clase de decisiones impelidos por fuerzas sociales muy complejas.
Frente al uso peligroso que los políticos hacen de los descubrimientos, los científicos reaccionan de diferentes maneras: lo ocultan, protestan por el abuso, se callan, etc.
De cualquier manera el hecho real es que la ciencia plante a la humanidad el problema de su aplicación.
Ante el potencial destructor de los nuevos conocimientos y de los titulares del poder que lo utilizan, la formación humanística de políticos, científicos, profesionales y tecnólogos adquiere carácter primordial y ecuménico.
Entre artes, ciencias y humanidades no existen hiatos. Cualquier división entre ellos es arbitraria, todos pertenecen al quehacer natural del hombre y responden a sus necesidades íntimas.
El anhelo de visiones coherentes no puede ser ya más reprimido; el universitario está exigido a formarse más allá de cualquier parcialidad vocacional: con cosmovisión que lo ubique y filosofía que lo mantenga en la búsqueda.
Necesitamos personas que tengan una cualidad superior... (sic) la teología para que podamos saber no sólo la manera de realizar nuestros fines sino también cuáles son esos fines El problema de la sociedad contemporánea ha dejado de ser técnico: se plantea en términos de pura convivencia humana. La exigencia de formación humanística en los dirigentes no es ya más una discusión académica, es imperativo vital.
La respuesta que la universidad de a estos requerimientos es ofrecer los medios para que allí se forjen, más que cualquier otra cosa, seres humanos".
La universidad tiene frente a esta exigencia del humanismo una doble tarea que cumplir, entre otras asignaturas, a través de la filosofía: la primera formar profesores de humanidades, crear la metodología que va a emplearse y estructurar los programas que respondan a las necesidades humanísticas del profesional contemporáneo.
La otra, ofrecer a los profesionales de todas las ramas un punto de vista crítico sobre ciencia, la historia, la cultura y sobre todo una visión comprensiva del conjunto hombremundo. Es decir, que el tema central de la reflexión filosófica debe ser la idea del hombre, en su dinámica histórica y su multiplicidad concreta, en su realidad y en sus valores. En síntesis, debe formar al profesional en una filosofía cautelosa de los valores del hombre.
En la Universidad que se reestructura para la época contemporánea, debe darse una importancia primordial a las unidades docentes de filosofía y de humanidades en general. Estas unidades no podrán contentarse con ser meramente informativas, sino que su acción debe encaminarse a la reflexión.
Estas son algunas inquietudes apenas que, a título indicativo quería expresar, porque soy consciente de la urgencia de definir la misión de la universidad contemporánea; y sé también que la tarea es difícil y que la responsabilidad es de todos los que en una u otra forma estamos involucrados en este nada agradable pero apasionante que hacer universitario.
Este artículo fue publicado en la columna "Tema Libre" del periódico El Colombiano el 23 de marzo de 1983.
Eventos como el que acaba de realizarse en Bogotá, "Compu-Expo 83", en los que se han presentado los más avanzados adelantos de la tecnología, no sólo en lo referente a máquinas computadoras, sino también en lo referente a programas ya listos para múltiples aplicaciones, para el procesamiento de textos, para las telecomunicaciones, para la educación, la prospectiva, etc., son eventos que no deben quedarse en el importante, pero reducido marco de la publicidad.
El desarrollo vertiginoso de la tecnología de las computadoras es uno de los retos más desafiantes y apasionantes del mundo contemporáneo; cada día estas máquinas son más perfectas en su configuración, más versátiles en su aplicación, menos exigentes en su manipulación, y están, más al alcance de todos, pues como ocurrió con las calculadoras electrónicas en la década pasada, hoy los ordenadores, cada vez son mejores, y cuestan menos; se encuentran ya máquinas de bolsillo, desde los 12.000 y 15.000 pesos en adelante; es de esperarse que en un futuro muy cercano, se bajarán aún más sus costos, y se harán imprescindibles al estudiante, al empleado, al profesional, como le es hoy imprescindible un bolígrafo.
Una de las instituciones más llamadas a responder al desafío de las computadoras, es la escuela.
En efecto, es misión de la escuela preparar al hombre para el desafío que ha de corresponderle vivir. Y en el cumplimiento de esta misión, no puede ignorar los avances de la tecnología que le plantean al hombre nuevas formas de aprender, de actuar y de ser.
La escuela de hoy, y cuando digo escuela, me estoy refiriendo a los sistemas educativos en sus diferentes niveles: Preescolar, elemental, secundaria y postsecundaria, tienen hoy la obligación de entrar a la era de la informática y en dos direcciones: La primera, vinculando en sus programas a la informática, esto es, utilizando las computadoras en las múltiples aplicaciones que ofrecen para la enseñanza en las diversas áreas; existen ya programas para enseñar a leer, a escribir a máquina, para el aprendizaje de los idiomas, las matemáticas, la física, la química, la literatura, la historia, la geografía, etc. etc., programas que disminuyen en más de un 80% la acción del profesor, y sobre todo, que logran un aprendizaje más efectivo, debido a la individualización, la participación que exige del estudiante, la motivación que suscitan en él, y otra serie de aspectos de la sicología del aprendizaje que se han aplicado en su elaboración, todo lo cual plantea también a los educadores, dicho sea de paso, una inquietante pregunta: ¿Su labor estará en un futuro muy inmediato, más en la investigación y en la preparación de programas para las computadoras que en aula misma? ¿Y nos estamos preparando para ello?
La segunda dirección que debe tmar la escuela, es la referente a la manipulación misma de las computadoras. Para el profesional de hoy, y para el estudiante de un mañana que llegó ya, saber operar y programar una computadora, es algo tan común y corriente, pero tan trascendental, como saber leer y escribir.
Si nuestra escuela no se vincula ya a la tecnología de las computadoras, será una escuela desfasada en años luz de la realidad; será una escuela que sigue viajando a caballo, en una época en que todos los viajantes cruzan los espacios, a velocidades vertiginosas en poderosos aviones.