La academia de la Empresa

Por:
Fernando Jaramillo Betancur
Decano Escuela de Administración CEIPA

Introducción

Ante la siempre cuestionada relación empresa-universidad, nos hemos preguntado cuál es el papel que ha jugado la universidad como respuesta académica a las necesidades de las empresas y viceversa; pero también se ha dicho que ambas se identifican en sus fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas, para encontrar respuestas a las mismas necesidades y falencias. Precisamente, el CEIPA, como resultado de su proceso de Direccionamiento Estratégico y con base en el Proyecto CEIPA Siglo XXI, ha tratado de acercarse a esa realidad.

Este proceso sólo puede ser logrado a través del desarrollo de campos estratégicos que tengan como mira especialmente y de manera global a la empresa. Estos campos son los programas académicos formales, la investigación, y la asesoría y consultoría. Cada una de ellos contribuye de manera independiente al fortalecimiento de la relación empresa - universidad. Pero lo que es más interesante, es que al integrar los organismos mencionados, se alcanzan resultados que inciden en la creación de valor.

1. Los programas académicos

Cuando la universidad quiere responder a las necesidades de la sociedad, es porque ha tenido los mecanismos suficientemente claros para identificar que es lo que quiere. Por ello, es requisito fundamental mediante los distintos métodos existentes, conocer las falencias y vacíos académicos para contribuir de alguna manera al proceso de crecimiento y desarrollo de las empresas, de la sociedad y de nuestros países.

Con razón se sostiene que el siglo XXI es la era del conocimiento. El conocimiento sólo puede ser desarrollado a través de la educación. Luego, este siglo es también el de la educación, y en ese contexto, de la universidad.

Entendemos la educación como el verdadero desarrollo del proceso filosófico de lo que ésta implica, así como la utilización de los distintos recursos, de diversa índole, que le brinda la sociedad. Nada hacemos por ejemplo, con seguir utilizando una calculadora con los diez dígitos y las operaciones mínimas, cuando contamos con herramientas donde esas operaciones las realiza, prácticamente, la calculadora sola.

Dadas las condiciones establecidas, el CEIPA con miras a este siglo, viene diseñando unos programas académicos que respondan en gran medida a estas exigencias. Como resultado de ello, se definió que el lineamiento estratégico formativo sería la administración en las organizaciones. Lo anterior produce como consecuencia identificar las actividades básicas de cualquier organización.

Lo que surge hasta ahora son unas gestiones denominadas fundamentales para la vida de cualquier firma. Podemos señalar que estas gestiones las ubicamos en los siguientes grupos: la gestión integral, la gestión financiera, la gestión humana, la gestión de la información, la gestión del conocimiento, la gestión de las operaciones, y la gestión de mercadeo y ventas. Posiblemente, queden algunas áreas por fuera, pero estamos convencidos de que en la medida en que enfrentemos estos campos como respuesta a las necesidades de las empresas, estamos seguros de nuestra contribución al crecimiento y desarrollo anhelado.

El CEIPA, como respuesta a las áreas funcionales identificadas, ha venido ideando y llevando programas académicos que respondan a la satisfacción de dichas necesidades. De ahí que en la actualidad contamos con tres programas universitarios: Administración de Empresas, Administración de Recursos Humanos e Ingeniería Financiera y de Negocios; programas que responden a la gestión integral, la gestión del recurso o talento humano y la gestión financiera, respectivamente.

Los programas mencionados se estructuran de tal manera que el estudiante cumpla con algunos elementos básicos. En primer lugar, la duración del programa es de cuatro (4) años cuando es presencial y será de cinco (5) años por la modalidad virtual. Esto nos permite adaptarnos a los procesos formativos que se vienen dando en otras regiones, tal como Europa y Estados Unidos. Pero el hecho que se disminuya el lapso de tiempo no implica en ningún momento un deterioro de la calidad académica, puesto que la programación cada año corresponde a una intensidad promedio de 850 horas, a lo que le sumamos las actividades relacionadas con la Proyección Profesional, que tienen una duración de 300 horas, para hablar de una formación universitaria equivalente a 3700 horas.

En segundo término, los programas se estructuran bajo la modalidad de núcleos temáticos, tanto para la presencialidad como para la virtualidad. El efecto de esta situación, es que se puedan combinar e interrelacionar bloques de conocimientos y no entregarlos por partes como ocurre en los programas de la mayoría de las universidades colombianas. Es decir, si queremos desarrollar el marco de las finanzas, no es necesario que hablemos de finanzas de corto plazo, finanzas de largo plazo, finanzas corporativas y así sucesivamente. Lo que hacemos es el diseño de un núcleo que haga referencia a la administración y gestión financiera.

Tercero, la estructura se establece para que los estudiantes aunque estén matriculados en programas académicos distintos, reciban los mismos conocimientos y adquieran procesos formativos semejantes, durante un mínimo de dos (2) años. Lo anterior, permite que el estudiante adquiera destrezas y conocimientos básicos que le contribuyan al cumplimiento con ciertas funciones organizacionales. O sea que, a partir del segundo año, ya puede hacer los primeros contactos empresariales, lo cual es algo bastante interesante para acercar la teoría con la práctica. Posteriormente, según el programa que seleccionó el estudiante, se especializa en su respectivo campo de formación. Por ejemplo, un estudiante matriculado en programa de Administración de Recursos Humanos, se concentra en los procesos de Gestión Humana durante los dos últimos años.

Finalmente, los estudiantes tendrán trescientas horas de Proyección Profesional, que cubre aspectos esenciales tales como los trabajos de grado, las pasantías, la creación de empresas y la práctica empresarial. Todas estas actividades se programan con miras a mantener y fortalecer el vínculo con las organizaciones públicas y privadas, además de propender por la consolidación formativa del estudiante, induciendo a la realidad empresarial. En una próxima oportunidad detallaremos más las pretensiones de la Proyección Profesional, porque creemos que amerita un análisis más exhaustivo y profundo.

2. La investigación

Si el conocimiento no se ha generado por los procesos investigativos, no estaremos en capacidad de solucionar los problemas y avanzar en la ciencia de la administración, puesto que la razón de ser y el éxito de la universidad reposa en parte en los lineamientos de investigación que diseñe para contribuir, no sólo a la construcción de los modelos, sino además, y en nuestro caso específico, al crecimiento de la empresa que tanto necesita de la universidad.

La universidad debe ser una fuente inagotable de conocimiento al servicio de la sociedad. De ahí, la importancia de fomentar la investigación en sus profesores y estudiantes. Lo anterior implica la creación de laboratorios y centros de Investigación. En este proceso ha entrado ya el CEIPA. Se iniciará con la consolidación de una actividad especial que se viene realizando a través de los trabajos de grado; una labor que es responsabilidad de los estudiantes como compromiso académico y elemento integrante en la obtención del título profesional. El trabajo de grado es debidamente orientado por los profesores de la Institución.

Además, como resultado de iniciativas individuales de profesores y estudiantes, se viene avanzando en la investigación. Todavía en una parte muy descriptiva, pero con estudios serios y profundos. A partir se estos puntos se iniciará el proceso de consolidación de la investigación en el CEIPA.

3. Asesorías y consultorías

Como resultado del marco de actividades anteriores, la universidad, y particularmente el CEIPA, está y debe estar en capacidad de ofrecer servicios a la comunidad, y con carácter especial a la clase empresarial tanto pública como privada. Estos servicios no deben concentrarse en las asesorías y consultorías, sino ampliarse a los programas académicos y la investigación. Es más, el soporte de nuestros servicios de asesoría y consultoría se encuentra en la consolidación de la investigación y en la solidez y pertinencia de los programas universitarios.

Luego, serán estos campos (la investigación y los programas formales) y su desarrollo, los que marquen la pauta de especialización en asesorías y consultorías empresariales, y el que podamos ofrecer programas de formación a la medida de las organizaciones, como hasta ahora lo hemos comenzado a implementar.

Conclusiones

Una de las funciones principales de la universidad, y específicamente del CEIPA, consiste en generar, propiciar y mantener las relaciones con las organizaciones públicas y privadas, a través de las diferentes modalidades, programas y servicios que nuestra misión nos depara, en nuestro propósito de ser La Universidad de la Empresa. El CEIPA se ha trazado ese camino, basándose en parte en la consolidación del trípode formativo fundamental: programas académicos, la investigación, la consultoría y la asesoría. Entendemos esto como un proceso extenso, complejo y con dificultades. Aun así, nuestra disposición es consolidar y ratificar con hechos, acuerdos, convenios y realidades, que nos constituimos en la Universidad de la Empresa.