Por:
María Inés Restrepo de Arango
Nota: Esta es la segunda y última entrega de este artículo; la primera salió publicada en la anterior edición de esta revista.
"Tenemos que sustituir el amor al poder, por la igualdad; el amor a la victoria por justicia; la brutalidad por la inteligencia; la lucha por la cooperación. Tenemos que aprender a pensar en la raza humana como en una familia, y a fomentar nuestros intereses comunes con un uso inteligente de los recursos naturales, marchando juntos hacia la prosperidad, y no separados hacia la muerte y la destrucción".(1)
"Hoy no es posible la paz sin desarrollo; y no es posible un desarrollo sin que éste no sea sostenible. ¿Qué significa que el desarrollo sea sostenible? Un desarrollo que atienda simultáneamente a las necesidades de las generaciones presentes, sin descuidar las necesidades de las generaciones futuras. Ello implica una profunda solidaridad intergeneracional, y también un cambo en la forma de relación que hemos tenido nosotros, los seres humanos, y con los otros, los seres no humanos: la Naturaleza. Sólo así será posible alcanzar un estilo de desarrollo que se pueda sustentar en el tiempo. Estilo de desarrollo que deberá ser radicalmente distinto del que ha sido el dominante hasta ahora, y que aún continúa siéndolo en el presente".
Aceptar que la abundancia material (crecimiento), no necesariamente conduce al mejoramiento de la calidad de vida: El camino seguido por las sociedades industrializadas no conduce como se cree a una mayor felicidad humana. No satisface mejor sus necesidades humanas fundamentales quien tiene más; pasado un cierto umbral de abundancia material, todo crecimiento económico adicional se traduce en deterioro de la calidad de vida, expresado en términos de estrés, infelicidad, enfermedades cardíacas, enfermedades mentales violencia, delincuencia, accidentes, drogadicción, alcoholismo, contaminación, etc.
Nuestras formas de vida tienden a sobrevalorar el crecimiento, ya que confunden "el más con el mejor". Ello porque la nuestra, es una civilización que ha establecido como sus símbolos fundamentales el consumo obsesivo, el despilfarro y la ostentación. Se confunde la felicidad con el tener cada vez más; con acumular más bienes y artefactos, con obtener automóviles más rápidos, ordenadores con más capacidad de memoria, equipos de sonido con más potencia de salida. Todo apunta en la dirección del "más y más de lo mismo". ¡Pero en todo existe un umbral que, traspasado, ¡Inevitablemente conduce a la catástrofe!
Es necesario que todos comencemos individual y colectivamente a redescubrir los límites que la naturaleza de las cosas nos pone, y a inventar formas de desarrollo más coherentes con el bienestar que todos buscamos. Porque si hay algo que parece evidente, es que el camino del crecimiento no conduce a la felicidad.
Existen límites físicos para ello, que están dados por las dimensiones del sistema finito del cual formamos parte (la biosfera). Límites de cualesestamosmucercanos, si es que no los hemos ya tocado.
La mirada puramente economicista, que si bien es cierto es de mucha importancia, no debe ser considerada como única; requiere estar acompañada de una mirada de tipo social, para generar calidad de vida, y evitar reacciones violentas que afectan considerablemente la paz y los esfuerzos que se hagan para alcanzarla.
El problema económico fundamental es la distribución de los ingresos y oportunidades
Día a día, se hace más evidente que la causa de la mayor parte de los problemas de guerra, violencia, crimen y delito, está profundamente relacionado con el problema de inequidad. Tenemos sociedades que lo que están produciendo es crecientes niveles de conflictividad social, en razón de las enormes diferencias económicas y sociales internas que han construido.
"Uno de los mayores retos de la sociedad de equidad, será el volver a legitimar las políticas de redistribución, legitimar la solidaridad, concibiendo esta como un derecho fundado en las situaciones que merecen tomarse en cuenta, y no sólo sobre situaciones automáticas. Volverle a dar un fundamento moral a la solidaridad, implica una estrecha relación entre el principio de responsabilidad y el comportamiento de los individuos. Generalmente se piensa que un individuo es responsable de sus dificultades, porque no hizo esfuerzo educacional o no trabaja lo suficiente, y el deber de solidaridad se ve disminuido, porque no está ese sentimiento de que estamos dando una ayuda, una justicia, una redistribución" (10) El reto de hoy es lograr competitividad, con mejorías substanciales en la equidad, lo cual se puede obtener a través de un incremento real de los salarios en un contexto de control de la inflación y de incrementos de la productividad, y de la inversión en el talento humano. Este escenario resulta impracticable sin un manejo eficiente del gasto público.
Buscar preferentemente el Desarrollo y no sólo el crecimiento material
El paradigma dominante asimila desarrollo con crecimiento material (económico), y se presenta un divorcio entre las dimensiones económica, social, política y cultural. Es necesario aceptar que las soluciones deben ser integrales. Las soluciones económicas tienen que estar acompañadas por soluciones sociales, políticas y de la llamada cuarta dimensión, hacia lo ambiental.
Es imprescindible superar las concepciones desarrollistas dominantes que nos han llevado a perseguir el crecimiento de las cosas, por sobre el desarrollo de las personas. Es necesario introducir una nueva concepción de las Necesidades Humanas Fundamentales, y situar como el objetivo central de toda la política económica y social, el mejoramiento de la calidad de vida. Se deberá, asimismo, perseguir con vehemencia y tenacidad niveles crecientes de pluralismo, incentivando y educándonos en el, tan necesario hoy en día, valor de la Tolerancia.
En la distribución de la riqueza y en la estabilidad política, tiene que haber planteamientos de tipo integral; es imposible aplicar un modelo neoliberal si no se involucra la gente con soluciones políticas y sociales, porque nadie trabaja para algo que no piensa que está relacionado con su vida.
Lograr un desarrollo con y por la gente
Es básico considerar que el desarrollo requiere de la participación y del protagonismo de la gente. Demandará una amplia participación popular en las decisiones, que deberán adoptarse a partir de las escalas locales, desde abajo hacia arriba, desde lo micro a lo macro, desde las escalas humanas a las escalas institucionales.
Es necesario invertir en la creatividad del talento humano, en la adquisición, transmisión y aprovechamiento de sus conocimientos, que son la clave de todo proceso de emancipación individual y colectiva.
Alcanzar un Desarrollo para todas las personas
No es posible en el mundo de hoy lograr un desarrollo sustentable en el largo plazo, sin considerar la sustentabilidad, no sólo ambiental, sino también social. Gran parte de la inseguridad de nivel macro, en el ámbito internacional e internamente en los países; así como a nivel micro, inseguridad ciudadana frente a la delincuencia y al terrorismo, tienen su origen en las enormes desigualdades económicas y sociales existentes. Por consiguiente, es fundamental un desarrollo donde todos tengan lugar, donde todos se beneficien, ya que sin ello no es posible obtener legitimidad, requisito imprescindible para la estabilidad de cualquier sistema humano.
La sociedad que queremos, tiene que ser redistributiva, no puede tener sentido la vida si no se acerca la brecha entre pobresyricos,entrecampoyciudad;eslaúnicaforma de mantener estabilidad en lo político y en lo social.
Hoy, cuando nos acercamos al tercer milenio, hemos visto la declinación en la calidad de vida de gran parte de la población. Cada vez hay más pobres en el mundo, ylas distancias que separan a los pobres de los ricos, se está agrandando progresivamente. De acuerdo con la última medición de la pobreza, el 55% de la población colombiana se encontraba en condiciones de pobreza, y cerca de la quinta parte carecía de los ingresos para acceder a una canasta mínima.
Mahatma Gandhi afirmó:
"Hay para las necesidades de todos, pero no para la avaricia de todos"
Ese debe ser el carácter y el sentido de las relaciones sociales en ese nuevo proyecto histórico.
Todos los habitantes del planeta deberán poder llegar a "Tener lo suficiente" en orden a "Ser más".
Para ello se requerirá de una amplia Solidaridad Universal, que se traduzca en un vasto e intenso proceso redistributivo en escala planetaria.
El desarrollo de una nueva conciencia moral en la especie humana: una conciencia solidaria y ecológica.
La crisis ambiental de carácter global que estamos viviendo, nos conduce a la posibilidad de cambiar radicalmente nuestras formas de percibir la realidad, de desarrollar una nueva conciencia más ecológica y más solidaria, de superar la ebriedad tecnológica que caracteriza nuestras formas de vida, y asumir una manera de vivir que se caracterice por la sobriedad ecológica.
En una economía de solidaridad o eco - social de mercado
Una economía solidaria implica producir con solidaridad, distribuir con solidaridad, consumir con solidaridad, acumular y desarrollar con solidaridad".
En la medida en que los sujetos de las diferentes estructuras y organizaciones de la economía global seamos más solidarios, habrá economía de solidaridad.
Es urgente contar con aparatos judiciales transparentes, justos y eficaces, que restauren la confianza ciudadana en sus sistemas de justicia, protección y seguridad. También exige persistir en el avance hacia sistemas políticos plurales y participativos, capaces de procesar las diferencias y de gestar acuerdos nacionales en torno a las principales orientaciones del desarrollo.
La sociedad que queremos debe ser descentralizada. Será fundamental, por lo tanto, incrementar los esfuerzos en el plano de la educación de la población y del fortalecimiento de la Sociedad Civil, para así incrementar los grados de soberanía popular y de autogobierno. Frente al incrementado poder del Estado y de las empresas, en el contexto histórico de la creciente globalización del mercado, se hacen imprescindibles formas de ciudadanía capaces de, mediante alianzas y redes de la gente común, alcanzar mayores niveles de control público sobre los gobiernos y las empresas.
Es importante que todos, políticos, empresarios, etc., tengamos presente esta regla: "Un mediocre es un genio cuando está cerca a un problema, y un genio es un mediocre cuando está a 3000 km. del problema" (11). Nada anda si no es descentralizado
El poner la actividad productora en manos de la empresa privada, es un proceso de descentralización al acercar la gente a los problemas, porque ahí están las soluciones.
En los problemas sociales tenemos que crear sociedades descentralizadas porque no nacen de un gran planteamiento científico, nacen de una actitud humana.
La idea de que el Estado puede solucionar los problemas, es como la idea de que los padres pueden manejar el quehacer de los hijos. Hay que aceptar que la solución de los problemas está donde están los problemas.
Se tiene que descentralizar responsabilidad y autoridad, pero la gran lucha es que los políticos quieren tener autoridad sin responsabilidad. Hay que combinar las dos cosas, devolverle al pueblo la educación, la salud, la cultura, el deporte, la nutrición, el desarrollo de caminos vecinales, las microempresas, hay que devolverle el poder político al pueblo. Únicamente cuando el poder de solucionar los problemas está cerca del problema, se tiene el elemento clave para controlar la corrupción y lograr la eficiencia en lo social, que es el control social.
Como la equidad hace relación a una óptima y justa distribución de recursos en la sociedad, quiero abordar el problema que genera la mayor inequidad en nuestro país: la violencia.
Estudios sobre delito y violencia han establecido que entre un 15 y 20% del PIB (el porcentaje de producto nacional que sale de la sociedad y del trabajo legítimo), para en la ilegalidad y la delincuencia.
Si bien es cierto que iniquidades sociales ancladas en nuestra estructura social conducen en algunos casos al accionar delictivo, también es cierto, y en mucha mayor medida, que el estado de violencia y de falta de operatividad en la justicia, está ocasionando un rezago angustiante en los procesos de Equidad - Redistribución.
Nuestro deber básico en el problema de la equidad, está en la consecución de la paz y en el establecimiento de los presupuestos que la fomentan.
Hay que empezar por romper la inequidad presente, mediante la intervención adecuada de un Estado transparente, legítimo, fuerte, austero, y con capacidad de concertación.
Notas:
(1) Bertrand Russell 9 Ponencia presentada en la III Conferencia Ideológica Nacional Cooperativa, realizada del 25 al 27 de Noviembre de 1993 en Ibagué, Colombia.
(10) ROSANVALLON, PIERRE, Congreso Agenda Colombia por la Equidad. Octubre de 1998.
(11) Ponencia expresidente de Bolivia, Congreso por la Equidad. Octubre de 1998.